ESTATUTO CATALÁN. 6 DE MAYO 1932. EXCMO. AYUNTAMIENTO DE CALATAYUD.
Publicado por Carmen Amigo, Posteado enOpinión
(Del Libro “Pájaros y Plumas. Soliloquios en tempero”)
En vísperas de lo anunciado por el Gobierno de la Generalidad de Cataluña un documento viene al clavo.
“”EXCMO AYUNTAMIENTO DE CALATAYUD. 6 DE MAYO DE 1932.
SEÑOR ALCALDE PRESIDENTE DEL AYUNTAMIENTO DE CARIÑENA.
Muy Señor mío y distinguido compañero: La Corporación municipal que me honro en presidir, en la sesión celebrada el día 4 del actual, aprobó por unanimidad el escrito siguiente:
ESCRITO DE LA ALCALDIA-PRESIDENCIA
La próxima discusión del Estatuto Catalán en la Cortes Constituyentes plantea un problema de hondísima gravedad nacional, hasta el extremo de depender de la resolución que se adopte la vida futura de España.
Todas las restantes regiones españolas vienen obligadas, en esta hora crítica, a manifestarse con toda la noble sinceridad y virilidad exigidas por la magnitud y alcance de la cuestión que se debate, concretando su criterio y sus aspiraciones en torno al viejo, apasionante, complejo y arduo problema regionalista.
Y Aragón, por su destacada personalidad histórica debe figurar a la vanguardia de este ineludible movimiento de expresión colectiva nacional, con la autoridad y responsabilidad a la par que le prestan y exigen los siguientes hechos, que llenan de gloria las páginas de su brillante pasado: haber sido juntamente con Castilla el autor de la unidad española; haber derramado su sangre, cual ningún otro pueblo español, por mantener y defender la independencia e integridad de la Patria y haber sido el creador de la autentica libertad política, que ha constituido y constituye un postulado indeclinable en la vida de todos los Estados civilizados.
Por esto Aragón ofrece de un lado un fervoroso amor a la libertad y de otro un nobilísimo esfuerzo en pro de la unidad de España y una conducta heroicamente ejemplar por mantener su soberanía.
Consecuente con este ideario y esta gloriosa actuación, Costa, cerebro prodigioso, genio político y jurídico y genuino representante del espíritu aragonés, compendió, en una síntesis maravillosa, la doctrina a seguir en este transcendental problema, diciendo: ”fortalecer los lazos de unidad política y aflojar los administrativos”.
Ahí radica, a juicio de esta Alcaldía-Presidencia, la acertada y anhelada solución, en armonía con los dictados de la historia y realidad españolas, en perfecta adecuación con el pensamiento y sentir actuales del pueblo español y en consonancia con el común deseo de defensa y fomento de la totalidad de los intereses hispánicos.
Solución que debe prosperar si se quiere cancelar el actual centralismo absorbente, hijo de la Monarquía absoluta, y a la vez impedir el comienzo de la desintegración de España, prólogo de su disolución y de su muerte.
El Estatuto catalán; tal como aparece en el proyecto presentado a las Cortes, excede desmesuradamente el límite de una justa autarquía administrativa, en cuya concesión convergen unánimemente los pareceres, para invadir el campo de un regionalismo político, que pisa los linderos de un nacionalismo disfrazado, el cual habría de despertar –si no lo están ya; dada la actitud de arrogancia irreflexiva y el criterio exclusivista de los dirigentes de la política catalana, sentimientos de acentuada xenofobia, fáciles -lógicamente- a derivar en un doloroso separatismo, que, unido a probables e inmediatas imitaciones, daría al traste con el secular y glorioso edificio de la nación española.
A este trágico resultado nos conduciría la atribución a Cataluña, como se pretende, de funciones inseparables del principio de soberanía: órganos legislativos propios, instrumentos exclusivos de justicia, de fuerzas armadas para el servicio de la coacción, de fé pública, de enseñanza, etc, etc… aparte el régimen económico propuesto injustamente lesivo para los intereses del resto del país.
Y ante todo esto, hoy, en que la gran corriente de las cosas del mundo y la existencia de grandes ideales de carácter nacional, concretamente en España, reclaman el fortalecimiento y acción preponderante del estado, es necesario que todo el que sienta verdadero amor a nuestro pueblo y, por ende, la intangibilidad de la unidad de la patria, se pronuncie ecuánime pero gallardamente en contra de ese intento de disociación y dislocamiento.
Por todo lo expuesto, el Alcalde-Presidente que suscribe, creyendo interpretar fielmente el sentir público bilbilitano y guiado por un sentimiento de verdadera devoción a España, se complace en rogar a sus compañeros de Concejo tengan a bien aprobar las conclusiones siguientes:
1ª.- Declarar que no procede la aprobación del Estatuto Catalán presentado a la consideración y juicio de la Cámara, porque lo contrario equivaldría a destruir la unidad territorial, la unidad de pueblo y la unidad de poder del Estado Español.
2ª.- Estimar que el problema regionalista –que no es exclusivamente catalán sino nacional- debe ser resuelto en el sentido propugnado por nuestro gran Costa, otorgando a las regiones, dentro de un común ideal de fraternal convivencia el grado de autonomía, en la esfera administrativa, necesario para su vitalidad y desarrollo.
3ª.- Dirigirse a todos los Diputados de la circunscripción, previo requerimiento hecho a los Ayuntamientos de la Provincia para que a su vez hagan lo propio, con el ruego de que no voten el Estatuto Catalán elevado a las Cortes.
4ª.- Dar a estos acuerdos la mayor difusión posible, publicándolos en la prensa local, provincial y central.
No obstante, el Ayuntamiento acordará.
Calatayud 2 de mayo de 1932.
El Alcalde –Presidente
Luis Zarazaga.
Lo que participo a V.S., con el ruego de que se sirva dar cuenta a ese Ayuntamiento por si, encontrándolo acertado, juzga procedente acordar conforme se propone.
Suyo afectísimo. s . s . q . e . s. m.»»
SELLO. Secretaría del Ayuntamiento
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Nº 464
Día 7- 5 – 1932
CARIÑENA