ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA. DOLARES DESTRUIDOS.
Publicado por Carmen Amigo, Posteado enEEUU, Opinión
De sorpresa; si el regalo que de vuelta de un viaje a USA te hace una amiga es un saquillo de triturados billetes de dólar.
Pasada la sorpresa te viene la pregunta ¿por qué comercializan la moneda? En este caso billetes que han sido confiscados de hechos delictivos.
Intentando conocer lo que le mueve al Gobierno de Estados Unidos a esta peculiar venta encuentras titulares como el siguiente:
“6 TRILLONES DE DOLARES CONFISCADOS EN ITALIA”.
Pero… ¿Y… estos otros?
“El SAQUEO DE EEUU. Más de 200 leyes permiten a la policía confiscarle a Ud. su casa, empresa y cuentas bancarias sin juicio”. “Lea libros como «Su casa está arrestada», de Brenda Grantland (disponible en ISIL). Exija a sus representantes no votar por estas leyes. Llame a la radio o TV, escriba al periódico, participe en foros de Internet. Contribuya a grupos que combaten la confiscación policial, como ISIL y FEAR. Es una batalla por su libertad y propiedad. Si la confiscación no se detiene, libertad y justicia pronto serán marchitos recuerdos. Ayude a parar el saqueo de EEUU ahora, antes que sea demasiado tarde”.
La lectura te horroriza. Al parecer la inseguridad de tu patrimonio (una silla de ruedas a modo de ejemplo) en USA está al orden del día y siempre bajo sospecha y la mira de delatores. Culpando sin lugar a defensa a las personas que en presunción no habrían cometido delito.
No es lugar a recomendar para instalarse de ser cierto cuanto se comenta en redes sociales.
Es la Ley al parecer del más fuerte.
La venta de armas a cualquier edad con las sabidas matanzas, la inseguridad callejera, la espada policial y de la justicia en ronda discriminada hacia el ciudadano, la impunidad hacia los terroristas a quienes dando acogida les pagan con la muerte. Arrastrando además su peculiar entendimiento de la Democracia.
Estados Unidos de América con sus cincuenta estados y un distrito federal da la impresión de ser demasiado grande para perderse por allí de veraneo.
Carmen Amigó y Pérez-Mongay