España: Una fábrica de pobres
Publicado por galdo-fonte, Posteado enOpinión
Los últimos datos sobre el desempleo nos ubican en una posición dramática, pero no por el incremento del paro en si mismo, pues tal exponente sería un todo circunstancial si su motivación fuese una contingencia coyuntural. Lo verdaderamente trágico es que en este país una de cada cuatro personas que quieren trabajar no encuentran empleo. Antojándose si cabe mas angustioso, comprobar que esta desfavorable tendencia progresa en razón inversa a las «mágicas» recetas que el gobierno de Rajoy impuso unilateralmente como remedio paliativo al problema.
El fracaso de la política de empleo del actual Gobierno no puede ser mas estrepitoso, y su efecto perverso lo confirma el aumento del paro en un 11, 02%; referente de contraste desde la toma de posesión del PP. Al parecer el actual ejecutivo, está mas atareado en malgastar el dinero público maqueando las fechorías especulativas de la banca, que en dar solución efectiva a la mayor lacra social que directa o sesgadamente afecta al conjunto de la sociedad. Extremo que provoca una alarma social de primera magnitud, por cuanto, el grado de exclusión ha rebasado el limite tolerable, cuando los hechos delatan que además de los afectados nominales, más de 1, 8 millones de familias tienen a todos sus miembros en paro, agotando prestaciones y sin expectativas de futuro.
Cuando el sector inmobiliario como detonante de la crisis, provocó una desaceleración de actividad en amplios segmentos de la estructura productiva, antes de que su efecto se extendiese causando una ola de destrucción de empleo y de cierres de empresas, no era la reforma laboral el antídoto apropiado para la ocasión, sino, la puesta en marcha de un plan de medidas de transformación y reequilibrio intersectorial.
Un plan que sin ser una panacea de reacción automática, si ejercería como atenuante, evitando que los acontecimientos desbordasen la situación y que la tasa de paro alcanzase el actual 25, 03 por ciento de la población activa, cuya repercusión cifrada es de 5.785.396 personas desempleadas, nuevo record y la cuantía más alta de todos los tiempos.
De este cómputo, coincidente con la llegada al Gobierno del Partido Popular, el paro ha aumentado en 800.000 personas, período, al que hay que añadir igualmente 836.000 puestos de trabajo destruidos por extinción de actividad empresarial.
Después de cinco años de crisis, luego de un lustro de continua destrucción de empleo; los datos expuestos echan por tierra el postulado de quienes insisten en defender la política de férreos recortes como método generador de reactivación económica y de la creación de empleo. Por cuanto, es indiscutible que la prorroga de esta inútil rutina lo único que acentuará será el efecto contrario, es decir, reafirmará el estancamiento económico y el persistente desempleo, cuya trayectoria se hará mas pronunciada y ascendente, aspectos, que causarán dinámicas de mayor empobrecimiento, abultando los actuales conflictos de cohesión social y destrucción del tejido productivo.
Aplicar fórmulas de realidades opuestas como remedio a los problemas de nuestra singular idiosincrasia es desechar toda alternativa de solución. Por tanto, si la intención del gobierno fuera afrontar seriamente el problema del desempleo, en vez de utilizar fraudulentas hipótesis, debiera hacer uso del rigor entrando en las causas de su origen, para así, realizar una diagnosis realista, promoviendo en razón a su contenido políticas coherentes, argumentadas y sustentadas.
Se ha de detener el proceso, se debe mudar la tendencia reorientando el actual modelo neoliberal y aplicando en suplencia soluciones reales, pues resulta un despropósito fundar las expectativas de creación de empleo en la reactivación de la perniciosa economía especulativa cuando es de sobras conocida que tal elección además de ser la solución de nada, ampliará el tiempo perdido, a la vez que agravará el estado de desempleo convirtiendo al país en la mayor fábrica de pobres de Europa.
Va siendo hora que los miembros del Ejecutivo se percaten y sepan que por encima del problema del desempleo está el verdadero detonante del mismo, la verdadera causa del conflicto, que no es otra que la inexistencia de mercado laboral. La crisis se ha llevado por delante el 20 % del tejido empresarial y mientras ese tejido no se reponga continuará en ascenso la elevada tasa de paro; interrupción escasamente probable al proseguir la desaparición interminable de la masa empresarial creadora de puestos de trabajo cuyo alcance cifra un significativo 24, 6%.
Rescatar la estructura productiva y reajustar su diversificación sectorial, esta ha de ser la finalidad esencial, y mientras la Administración tan solo esté atenta a los mandatos de la Europa financiera, relegando este objetivo transcendental al ostracismo, no solo continuará el desempleo sino que incrementará su ascenso de forma incesante.