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febrero 2014

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En Sanidad, también, seguimos yéndonos por las ramas

Publicado por , Posteado enOpinión

En vez de simplificar una atención absolutamente burocratizada (cada vez más dividida además, pues cada uno se «protege» como puede) los encargados de gestionar esto, según el viejo paradigma piramidal, lo complican aún más. No se ponen soluciones sencillas, como son los refuerzos donde se necesitan, sino que se buscan fórmulas complicadas (enfermeras gestoras, consultas «telefónicas y administrativas», ATS para resolver problemas «menores de salud» (citados o evaluados por administrativos), etc…
En las zonas más conflictivas los médicos de cabecera han quedado absolutamente desprotegidos y están, se sienten, «a los pies de los caballos».
El paciente, por otra parte, la mayoría de veces no entiende la complejidad de la asistencia y quiere medios rápidos (sabemos cuáles, además). Se multipliquen las demandas a especialidades o la petición, en ocasiones, de costosas pruebas.
Los «gestores» no están por la labor de solucionar esto, pues básicamente buscan su propia justificación. Y pondré un ejemplo sencillo:
Cada vez hay menos recursos de servicios sociales y más pacientes que viven solos y se hacen dependientes. Para solucionar esto, en vez de dotar de mayores recursos en forma de trabajadores sociales, o simplemente jóvenes que hagan una labor de supervisión de estos pacientes, se han inventado un «Programa de coordinación socio-sanitaria» donde los médicos, sobrecargados ya, debemos rellenar en el ordenador una ficha del paciente social problemático y trasmitirlo a las «Direcciones médicas» del área correspondiente, que evaluarán los casos más urgentes. Parece que ya no sirve el simple contacto telefónico del médico con la trabajadora o trabajador social.
Pretenden hacer que hacen, mientras el Sistema Sanitario, la sociedad en general, la que habita en las grandes urbes especialmente, amenaza con derrumbarse.
La solución, desde mi punto de vista, pasa por hacernos conscientes, no irnos por las ramas y atajar la raíz del problema. Y no solo la raíz individual, sino también social.
Estamos obligados a cambiar de concepto, abandonar la dependencia. Más que reclamar derechos y ser consumidores de recursos, deberemos pensar en qué podemos ofrecer. Debemos procurar una organización consciente, y colaborar en red.
Los nuevos tiempos exigen «nuevas» soluciones. Y digo «nuevas» de forma un tanto irónica, pues son más bien viejas, demasiado viejas en ocasiones, olvidadas ya por muchos, como retomar el concepto de responsabilidad individual y «trabajo comunal».
La problemática laboral hay que solventarla en ese ámbito, y no obligar a hacer más de lo que uno puede dar de sí. El tema social y familiar tienen también su propio análisis, su propia problemática, que deberemos corregir, dar la vuelta.
En fin…



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