En la política si hay empleo
Publicado por galdo-fonte, Posteado enOpinión
El peor lastre del país, lo constituye una casta política que en vez de pugnar por recuperar la prosperidad, apuesta por la ignominia de arruinar a la ciudadanía al solo efecto de favorecer el cobijo de sus enchufados.
Exceptuando los escasos referentes que hacen gala de solvencia y honradez, si nos plegamos a la realidad de los hechos, no queda mas remedio que adherirse a quienes desde la censura sostienen por corriente de opinión, que en los últimos tiempos sólo se dedican a la política profesional, aquellos que han puesto de manifiesto no servir para otra cosa; siendo por tanto esa prolífica mediocridad la principal causa de la devaluación de la auténtica función política, como también, la motivación de que la misma dejara de ser una actividad decente para convertirse en una factoría incesante de sinvergüencería.
Los que peinamos canas y en correspondencia somos testigos de la historia reciente de nuestro país, en el transcurso de estos años de «democracia», hemos visto transitar por el circuito político a infinidad de personajes de toda casta, si cierto es que entre todos ellos, contados son los casos que han brillado con intensidad suficiente como para ser echados en falta, una vez que dejaron de ser objetivo de los focos de las cámaras y fueran desatendidos por la caterva de sicofantes mediáticos que interesadamente maquillaban su inutilidad para difundirla como mérito.
La diferencia en el tiempo, refleja que mientras los antecesores políticos, una vez perdida su estrella, retornaban a la anterior actividad profesional, ahora, los nuevos decaídos políticos, lejos de volver a sus antiguas ocupaciones, como la abstinencia del poder no se remedia con metadona, los mas afortunados, sobrepasan la puerta giratoria que los acomoda en los consejos de administración de unas multinacionales favorecidas por el presupuesto público, en tanto los menos distinguidos son colocados como satélites del poder en instituciones periféricas, sin que su nuevo destino o colocación venga reconocido por méritos al uso en cualquier otra profesión.
La política se ha convertido en una pirámide clientelar a causa del descarriado funcionamiento del sistema bipartidista, que viene utilizando la función pública para satisfacer favores en su ámbito intrínseco, enchufando a miembros de sus organizaciones, camarillas y falsos asesores en beneficio partidista, manipulando para ello de forma directa o diferida, enormes recursos del Estado a través de prácticas de nepotismo a la carta que a pesar de su traza recriminable, paradójicamente, siguen destruyendo el sistema desde la legalidad, habida cuenta que contra todo pronóstico, tales manejos no constan tipificados como delito, siendo dicha tolerancia, conjuntamente con el hecho de suplantar la democracia representativa por la actual dictadura de los mediocres, el gran peligro que amenaza con consolidar la debacle y conducirnos con ello a un desastre de mayor escala.
La política se ha convertido en una pirámide clientelar a causa del descarriado funcionamiento del sistema bipartidista, que viene utilizando la función pública para servicio propio
El nulo sentido de la democracia y la anteposición de sus propios intereses y los de sus partidos políticos sobre los de la ciudadanía, y la total despreocupación por el bien común, se pone de manifiesto cuando en su política de drásticos recortes no entra en sus previsiones el recorte que más necesita el país, que no es otro, que la expurga de 400000 enchufados políticos y su cuadrilla de parientes y allegados que colocados a dedo en las distintas administraciones, por su carácter innecesario y prescindible, más allá de engordar artificialmente la dimensión del aparato administrativo del Estado no aportan nada positivo al conjunto de la colectividad.
Eliminación que llevada a término, erradicaría el peor lastre imaginable que sufre el país, al limpiar toda la morralla política, esa plaga ineficiente que abarrota innecesariamente el sector público; logrando con ello sin mas traumas a terceros, además de devolver las aguas a su cauce, equilibrar las cuentas públicas a la par de afrontar con total solvencia la reducción de un galopante déficit público.
Resulta inadmisible seguir sosteniendo una función pública sobredimensionada o aplicando tímidos ajustes de conveniencia para dar el pego, y así continuar proporcionando cobertura a las apetencias de esa maraña de vividores políticos, cuando además del perjuicio repercutido a la sociedad en su conjunto, las empresas como motores de la economía y el empleo, muy a su pesar, se ven obligadas a sucumbir ante la aplicación de una excedida presión fiscal, cuya finalidad efectiva, refleja no ser otra que satisfacer el gasto publico – político del pozo sin fondo de esa administración paralela, habiendo se añadir a ello, los miles de entes y empresas públicas, que tomadas al asalto por la horda política viene a situar la cuantía de enchufados en lo mas allá de lo imaginable y en la mas estricta opacidad.
A tal ver, después de siete lustros de monopolizar la cosa publica, no debe existir la mínima duda en afirmar que la casta política es con mucho el verdadero drama de España y que por tanto, todo proceso de higienización pasa ineludiblemente, por arrebatar el poder a los que siguen haciendo del país su propio cortijo.