El i.v.a de la corrupción
Publicado por Sofía R.B, Posteado enOpinión
¿Cuándo acabará esto? Nos han quitado derechos, sueldos, pagas, la confianza en el Estado, todo lo que nos caracterizan como ciudadanos. Y quienes deberían ser nuestra representación, son la de la avaricia.
Ante la situación de pobreza que estamos viendo a nuestro alrededor me asaltan unas preguntas; ¿ Tienen nuestros representantes corazón?, ¿tiene nuestra justicia ojos?. Creo que no.
Meten en la cárcel a personas por robar comida mientras ellos dejan a miles de personas sin salida, a una parte importante de la población. Antes esta situación hacemos una cosa: dale pescado a alguien hambriento y estará alimentado un día. Enséñalo a pescar y lo estará toda su vida.
Señores políticos, buscando el buen común se encuentra el propio, no al revés. Ya sea por carácter, por costumbre de siglo, pero lo cierto es que España es un país de corrupción en todos los sentidos y paradoja es querer limpiar el país no teniendo las manos limpias para poder hacerlo.
La educación, como dijo N.Mandela, es el arma más poderosa para poder cambiar el mundo. Como futura estudiante universitaria pienso que este estado de España «moderno» en el unos se enriquecen y otros lo único que tienen pagado es la muerte más el i.v.a. han dejado la educación en coma. Todo lo que se han gastado y se siguen gastando en caprichos y diversiones nos lo han quitado a nosotros en becas y ayudas escolares.
Les recuerdo que el futuro estará en manos de nuestra generación y la verdad es que nos están atando se pies y manos.
Ya no sólo es evidente la situación planteada, sino que cualquiera en su sano juicio puede ver la herencia del atrasado régimen que tenemos. Una sociedad que no acaba de despertar de la dictadura, dentro, pero fuera de Europa, laica y católica profunda, no necesita otra cosa que desinfectarse. Para ello necesitamos de la educación, buenos médicos, ingenieros, traductores, transmisores culturales, y fomentadores de la educación y el desarrollo social.
Se necesita algo más que unas palabras bonitas y manifestaciones para mover el Estado, pero son el primer paso. Con el tiempo, esperemos, se adquiera consciencia social necesaria para echar a todos estos maleantes que nos SOMETEN como si fuéramos sus súbditos
Correctas palabras. Ahora bien, le digo, que para desinfectar el país necesitamos de médicos, ingenieros, etc. Pero también necesitamos que empiece el proceso y primero he de limpiar lo interior a España.
Te apoyo en todo lo que dices que no es sino lo que pienso desde hace tiempo.
¿Qué se necesita?
Desinfectante para países en vías de democratización que se caracterice por:
– tener un alto poder corrupticida (que actúe en pequeñas dosis).
– ser de amplio espectro social.
– ser estable (período activo durante un mínimo de 4 años o legislatura).
– ser homogéneo (concentración similar en todos los partidos políticos y capas sociales).
– ser penetrante (de tensión superficial baja).
– ser soluble en el Congreso y en el Senado, por lo que es útil para la revisión de cuentas, viajes, etc.
– ser soluble en las empresas.
– ser compatible con otros productos corrupticidas
– tener disponibilidad y buena relación costo-riesgo-beneficio
En suma, tener virtus sapereaudecética.
Ese es el sueño de todo buen ciudadano, que quiere tener un gobierno en condiciones. ¿Ser político te convierte en alguien que sólo quiere autobeneficios?
Para nada, un claro ejemplo es el presidente Mujica. Tener beneficios propios está bien, siempre y cuando sea através de los beneficios que generas a tu alrededor. Grande profesor el que tenemos.
La corrupción en estos ámbitos no es más que un virus, y como bien se plantea, se puede eliminar como tal.
El «Antivirus» podemos suponer que sea otra fuerza de ámbito política, que consiguiese el poder, y realizara a cabo todas las propuestas planteadas para acabar con el Virus, pero hay muchos factores que lo dificultarían. Como todo tratamiento, debe consumirse completamete, y aunque se aplicaran medidas justas contra la corrupción durante una, o dos legislaturas, con una certidumbre abismal, volvería a resurgir el brote. Por lo tanto (en mi opinión, claro), debe ser una fuerza constante durante más tiempo, el necesario para que el cuerpo, la Nación, tenga las defensas suficientes para no dejar reproducirse al virus, consciencia ciudadana, con unos saberes mínimos de cultura general y política, para tener un voto y una opinión críticas, y decisivas a la hora de elegir el gobierno.
Podría darse entonces el caso de que esta fuerza H se corrompiera mientras desinfecta el organismo, en ese caso estaríamos en la situación inicial, o peor.
Por otra parte, un antivirus podría ser directamente el pueblo mismo, una revolución, que idealmente nunca debería ser violenta (sino una revolución de mentalidad), pero de una contundencia tal que lograra el efecto deseado, expulsar a la infección, y es lo que correspondería con los anticuerpos fabricados por el organismo. Estas defensas se crean a partir de las bases de la educación racional que puede obtener un individuo; nos referimos evidentemente no sólo a los conocimientos de cultura general, sino la tolerancia y otros valores importantes para mantener un estado sano y culto, que es lo que requiere el mundo a día de hoy. Una educación eficaz y accesible para las nuevas generaciones, que son las precursoras del futuro, y las que realmente deberían liderar el estado (eligiendo sus representantes) y evitar en un momento dado la injusticia en él. Por desgracia, esta idea es volátil al no tener ni los medios, ni la base suficiente para llevarla a cabo en nuestros días, además de que no sería lo suficientemente penetrante y soluble en los órganos clave. Tal vez estemos hablando de un paso importante en este proceso de desintoxicación, que debe realizarse tarde o temprano, ¿un cambio constitucional radical y tajante? ¿Una nueva constitución? Probablemente, pero esta renovación no debe llevarse a cabo en una Carta Magna, sino en las cabezas de todos los ciudadanos de este país, pertenecientes al Siglo XXI
Estoy a favor de esa revolución que dice usted (revolución de mentalidad). Por otro lado la constitución debería reformarse. Hice una mención directa a nuestro presidente por una reforma en la constitución pero ignorar es el tema prinicipal que no se cambia.
Pero he de decirle, por desgracia, que como usted, el fallo que tenemos las personas o los españoles, es el decir que no se podrá sin intentarlo. Pero siempre hay una primera vez y si es actual podremos decir que lo logramos.