El resplandor de la Esperanza
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
El día 18 de diciembre, celebramos la Expectación de la Virgen María, justamente 7 días antes del nacimiento del Sr. Jesús, que como cada año nace para de nuevo encausar nuestras vidas hacia el camino de la Salvación.
En este día se celebran distintas advocaciones de la Virgen: la Virgen de la Esperanza, la Virgen Macarena, la Virgen de la O.
Un nuevo motivo para estar cerca de María. Lógicamente en estos días previos a la Navidad también celebramos el encuentro con la Madre, pues gracias a ella su Hijo, nuestro querido Jesús vino a la tierra de una manera sencilla y ordinaria, con un Padre y una Madre como cada uno de nosotros. En diciembre como preludio a este día de Navidad tenemos estas dos importantísimas fiestas de la Virgen: la Inmaculada Concepción y la Esperanza, dos motivos para descubrir nuevamente la raíz de auténticas de nuestro caminar terreno.
En muchas ocasiones debido al ajetreo diario nos olvidamos de las vivencias religiosas, de la fe, de nuestras prácticas cristianas y nos olvidamos a veces también de las demás personas que, hermanos nuestros cómo son a través de Jesucristo, quizás están pasando necesidad, quizás están sufriendo o quizás necesiten nuestro apoyo amable y cordial para seguir caminando.
En estos días la Virgen “esperaba” con alegría la llegada de su Hijo, estaba expectante ante la grandeza del misterio que se avecinaba de ahí le viene la “Esperanza” esa Esperanza que en todos ha de inundar nuestros corazones pues todos somos partícipes de la grandeza de la venida de Jesucristo a la tierra.
En Andalucía el nombre de Esperanza contagia nuestras vidas y más aún cuando la mencionamos con el nombre de Macarena. En Semana Santa: Esperanza y Macarena son las advocaciones con más realce cofradiero: Jaén, Sevilla, Córdoba, Málaga, Almería, Granada…
Por lo tanto es muy importante en estos días previos a la Navidad, en estos días de adviento, en los que los cristianos celebramos la preparación del nacimiento del Señor dedicar más tiempo: a la oración, a la contemplación de los misterios de la vida de Jesucristo. Preparar el Belén, adornar la casa con motivos navideños, preparar nuestros corazones por medio de la confesión y de la penitencia, dar limosna pensando en que hay muchos que tienen menos que nosotros, acompañar a los enfermos, visitar a las personas que viven solas o son mayores o necesitan de nuestro consuelo y de nuestro alivio y de nuestra compañía, estar más cerca de nuestros familiares y amigos, ser más generosos, mostrarnos alegres con los demás haciéndole llegar la alegría que nos viene de la cercanía de Dios; todo esto lo podemos vivir y podemos también ayudar a los demás a que lo vivan, para que de esta manera las navidades que se aproximan no se queden en: fiestas, comidas, diversiones y compras, a fin de cuentas en superficialidades que como tantas veces nos dejan el corazón vacío y el alma fría.
Y para terminar decir que hoy de nuevo la Virgen de la Esperanza nos habla: a ti y a mí, de: “esperanza”, de “Cielo”, de “Vida”.