El peligro de las frustraciones
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
Las frustraciones que se presentan en la vida no nos deben conducir a refugiarnos en mundos paralelos o de aparente fantasía, como, entre otros: el de las drogas, o el de la tristeza, o el de la pornografía, o el del alcohol o el del aislamiento personal o el de la depresión o incluso el del pensamiento del suicidio.
También las redes sociales aunque pueden favorecer nuestra lucha contra las frustraciones, nos pueden llevar fácilmente a convertirnos en dependientes o a la confusión entre lo real y lo virtual. Con lo cual a través de las redes sociales podemos caer en otro profundo pozo de tristeza y frustración.
Por lo tanto buscad y vivid relaciones ricas de amistad verdadera y noble. Las relaciones sociales bien encausadas pueden ser el mejor remedio para huir de la desidia y del desencanto emocional que producen las frustraciones. Relaciones familiares, relaciones con nuestros compañeros de trabajo, relaciones con nuestro entorno, pueden ayudarnos a superar el transitorio bache de una frustración momentánea o profunda. Adoptad iniciativas que den sentido y raíces a vuestra existencia. La pertenencia: a un club, a una ONG, a una institución religiosa, a una institución cultural, a una actividad deportiva… pueden ayudarnos en este cometido.
Tenemos que luchar también contra la superficialidad y contra el consumismo que aunque al principio puede resolver momentáneamente nuestra frustración nos puede también hacer caer en otro pozo de desencanto y desilusión. El consumismo es peligroso pues, con él, entramos en una espiral de gastos innecesarios que nos van esclavizando; cada vez necesitamos más, pero esas necesidades nos satisfacen menos.
También nos acecha otra tentación, la del dinero, ese ídolo tirano que ciega hasta el punto de sofocar a la persona y su corazón.
Los ejemplos de las personas que nos rodean no siempre son los mejores remedios, incluso en muchos casos fue pueden ser perjudiciales y más frustrantes aún. …
Por lo tanto tenemos que buscar buenos maestros, maestros espirituales, personas con ideales nobles que sepan indicarnos la senda adecuada, dejando a un lado: los placeres momentáneos, lo ilusorio, lo llamativo y la mentira.
Algunas de estas ideas están recogidas de: Mateo García Lobato en 2012