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febrero 2014

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El paro, una deprimente realidad

Publicado por , Posteado enOpinión

Cuando al año de ser rescatada con dinero público, la banca progenitora  de la crisis redobla de júbilo alardeando haber multiplicado por cuatro sus beneficios en el último ejercicio, no piense nadie que tal dato indica que la economía del país tenga salido del atolladero, lo único que viene a incriminar  esa cuenta de resultados es la  deslavazada política llevada a término por el actual ejecutivo desde el origen de la legislatura, por cuanto, al patrocinar que la especulativa bancaria prosiga su desenfreno a costa de financiar al propio Estado, favoreciendo esa práctica ventajista, además de promover una  competencia desleal,   Rajoy y el  PP están contribuyendo  a que la inhibición bancaria hacia la economía productiva motive una situación de  inanición financiera, cuya deriva,   trae implícito  la destrucción en cadena  del tejido empresarial provocando por añadidura la absoluta inviabilidad de rehabilitación del mercado laboral  y por consiguiente la imposible creación  de empleo.

Pero con todo,  teniendo carácter determinante no debemos  circunscribir en exclusiva los motivos del paro al fracasado sistema bancario, pues  aún sabiendo que su prelación se orienta a la actividad especulativa con declinación a  intervenir en la economía real y a financiar proyectos  empresariales; existen otros hándicaps de acompañamiento que conjuntamente  componen el combinado explosivo que nos condujo y nos mantiene en la caótica situación de desempleo  que padecen 6 millones de ciudadanos, cuantía  que mas que decaer mantiene una clara   tendencia ascendente.

Causas  que en modo alguno  se debieran  tapar con la  recurrente excusa de una infundada  rigidez  del mercado de trabajo o la puesta en práctica  de una errónea reforma laboral, cuando los verdaderos impedimentos  al margen de los factores netamente financieros, giran en torno a inconvenientes de otra índole, como resulta ser  la inutilidad en afrontar  como país una reorganización profunda de nuestro sistema económico  y la diversificación de los sectores productivos, una limitación agravada por la  suspensión del papel dinamizador que para la economía y el empleo ostentaran las  Pymes y los  autónomos, a lo que hay que añadir,   el oscurantismo en lacontratación  pública, y sobremanera, la corrupción política cuya repercusión produjo un cataclismo en la  estabilidad del país, que claramente,   además de ocasionar  una degradación política de primer orden, fue y es el  principal escollo  que impide  la reactivación económica    y  la creación de empleo.

Partiendo de la premisa  que el prestigio de la democracia depende de la ejemplaridad de los comportamientos políticos y la rectitud de las instituciones públicas, en el actual estado de cosas, es difícil  asumir  la fiabilidad de cualquier cambio a positivo cuando su  autoría intelectual viene a recaer en individuos de moralidad despistada,   o en sujetos de baja calaña  a los que no les interesa lo mas mínimo ni la regeneración democrática, ni la supresión del nepotismo, como tampoco el cese de la corrupción  o la imposición de medidas  de transparencia contractual, por cuanto  su acción política se remite en exclusiva  a la  continuidad de sus privilegios lucrativos  y paradójicamente este perfil de conducta es la referencia dominante entre quienes  para desgracia colectiva  tienen entre sus  cometido dar solución a un problema que como el desempleo, ni sienten  como propio ni les afecta a sus intereses.

Por esa falta de sensibilidad y las contradictorias políticas de aplicación, resulta  una canallada  estar alimentando falsas expectativas al asegurar que en  el  2014 habrá creación neta de empleo,   cuando tal afirmación es una completa falacia si persisten  las  actuales políticas de corte neoliberal,     siendo la mas contundente réplica  a tal estimación, la  tasa de paro en torno al 27%, toda una  muestra evidente del fracaso resultante de una austeridad a ultranzas   que puede ser la herramienta para seguir enriqueciendo a la banca,   pero para nada  la solución apropiada  para aumentar la actividad económica, tal es así, que desde la entrada en vigor del programa de austeridad impuesto por la troika (Comisión Europea, BCE, FMI), en la primavera del 2010 hasta finales del 2013, no se  ha logrado  ningún resultado positivo en términos de mercado laboral, es mas,   es de referir  que en dicho periodo, se han perdido 1, 6 millones de empleos, o lo que es lo mismo  un 8, 5% de la ocupación total existente en aquel entonces.

Todo ello indica que si la degradación política es el lastre, la austeridad es el obstáculo para poner remedio al problema del desempleo,   y sin apostar por un cambio radical hacia  la regeneración democrática  y la instauración  de  políticas de crecimiento, pese al chorro  propagandístico del Gobierno, esa interpretación de mejoría puntual que deducen de los indicadores macroeconómicos,   mas que un preámbulo a la  prosperidad  será una prorroga al continuismo en el desempleo,   de ahí que resulte  incongruente  seguir alimentando  abstracciones; pues solo desde la estabilidad  política  y la reactivación del tejido productivo via pequeñas y medianas empresas y autónomos, se encaminará un tránsito fiable  y efectivo hacia la creación de empleo. Siendo todo planteamiento una pura estratagema



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