Cartas al Director

El Obispo Demetrio de Córdoba, elogia ahora la labor de las Monjas, que se juegan la vida atendiendo a los enfermos de coronavirus.

“Qué bueno es el Obispo”

Pero él no las acompaña, no. Él se queda en su Palacio Episcopal con su corte de sirvientes, viviendo no como Dios, por supuesto; sino como todo un señor feudal.

Obispo, a esas Monjas que incluso valoran los no creyentes, ustedes las tratan con el mayor de los desprecios y más que como criadas, como auténticas esclavas.

Valga como muestra el caso de la Madre Abadesa del Convento de Santa Cruz, Sor Clara Moya; a la que ustedes, después de desvalijarle el Convento de obras de arte, la pusisteis en la calle con lo puesto, por oponerse a cerrar su Convento, que la “Santa” Iglesia tenía previsto vender.

A qué vienes ahora a elogiar a las Monjas, Obispo; cuando antes dijiste que tus Curas-banqueros de Cajasur, eran tus mejores Curas.

Ambas cosas, son incompatibles.

¡Mateo 20:27–28 El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir!

Rafael Bueno.

Córdoba.