El niño que describe cómo sería el cielo
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
Hay cosas que impresionan especialmente, y a mí en estos días, días además de Pascua, me ha impresionado y me ha hecho reflexionar especialmente el video en el que un niño de cuatro años, enfermo de cáncer y próximo a morir nos habla del cielo.
El niño es Silas Nathanael Edenfield que nacio el 4 de junio de 2008 y que murió el 25 de mayo de 2013.
Ciertamente entiendo que esto qué dice el niño lo ha oído previamente de labios de su madre; pero esto no quita realismo al hecho en sí, y si es un indicador de la grandeza de una buena madre que en unos momentos de tanta tristeza enseña esto a su hijo, y está también el talante del hijo que con serenidad, con convicción, sabiendo y conociendo la certeza de lo que su 
madre le ha contado lo dice; y entiendo que dentro de su limitado entender, lo cree y le ayuda en estos momentos fatídicos.
El niño a la pregunta de su madre sobre el Cielo dice: “Que ama el Cielo” “Que le gustaría estar allí todo el tiempo” “que allí tendrá otro cuerpo nuevo” “ que allí no tendrá cáncer, ni nunca más estará enfermo” y cuando la madre le pregunta: vas a estar allí sólo, el niño dice: 
“En el Cielo, Dios estará siempre conmigo” y sobre sus cosas favoritas en el Cielo el niño dice: “Mi cosa favorita es que las calles son doradas” y continua: “Mi otra parte favorita es … Lo que amo es que todo es tan genial en el Cielo … y Dios estará conmigo” y a la finalización del video el niño con la inocencia de la edad dice: “Termine”.
Que podemos decir: ¿Preparado? ¿No preparados? ¿Montaje? ¡No sabemos! Yo me quedo con la parte de ese negro túnel que para mí en cierta manera se descubre.
A través de las palabras y de la voz del niño llega nuevamente una porción de luz de esperanza. Y me quedo con esta reflexión viva y esperanzadora que ha quedado en mí.
Me quedo también con Dios, que al igual que el niño, dice también eso mismo.
Me quedo con la recia fe de la madre que sin temor, ni miedos, explica el Cielo al 
niño, a su hijo que sabe qué va a morir.
Me quedo con mi fe, mi esperanza y mi amor.
Y me quedo con el niño que, para mí y para muchos otros, ya está disfrutando de Dios en el Cielo.
¿Montaje? ¿No montaje?
Para mí sólo una realidad: “Cielo” y otra: “Dios” y otra más: “Amor”.
