El juramento sin Biblia de Felipe VI
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
La actitud de Felipe VI de no jurar sobre la Biblia y no poner el crucifijo en el acto de Juramento como Rey me parece una ruptura de la monarquía con la tradición; y con ello me refiero a su propia tradición monárquica y a la tradición y vivencias de muchos ciudadanos que hemos visto hasta ahora a la monarquía como un soporte sólido que sostenía entre otras muchas cosas nuestras propias creencias cristianas.
La actitud de la monarquía de darle un giro a su tradición y en cierta manera unirse a los abanderados del laicismo me parece en cierta manera un tanto llamativo, teniendo en cuenta que un buen tanto por ciento de los que defienden la monarquía son cristianos, amantes de sus tradiciones y que buscan en ellas una defensa de sus creencias. No hablo de Catolicismo Oficial, que esto: Ni debe, ni puede ser; pero sí de un involucrarse como ciudadanos en la práctica cristiana y ejercer su propia fe de una manera sencilla como durante muchos años hicieron Don Juan Carlos I y Doña Sofía. Entre el todo y la nada existe una situación intermedia que todos entenderíamos: creyentes y no creyentes.
Ya hay varias referencias que nos hacen descubrir un nuevo talante: agnóstico, laicista o ateo de nuestros recién llegados monarcas. La Reina Letizia impide la enseñanza de la religión católica a sus hijas en el colegio. La futura Reina Leonor ya no está teniendo formación cristiana por un criterio personal de su madre.
El casamiento civil del primer matrimonio de Letizia otro indicio de su actitud al menos agnóstica. Su desconocimiento de la religión parece ser también manifiesto y evidente. Sus opiniones sobre progresismos de tinte opuesto a la opción católica también dan indicios de su anticatolicismo. Sobre el aborto y su posible opinión también se podría hablar, aunque espero tener una mejor documentación.
Podemos decir que sí ellos, nuestros monarcas, quieren prescindir de los signos y enseñanzas cristianas en aras de la libertad, nosotros los millones de cristianos españoles podemos también prescindir de los signos y de la realidades monárquicas en aras también a nuestra propia identidad, a nuestra propia tradición y a nuestra propia creencia.
Su Majestad, perdone mi atrevimiento, pero podría ser llamativo la defensa de los principios de la república y su legado histórico y cultural amparada por la poderosa estructura monárquica. Es como estar marcando continuamente gol en propia meta y recibiendo a la vez para más inri el aplauso de la hinchada