EL EBRO RIADA 2013. CANDADOS.
Publicado por Carmen Amigo, Posteado enZaragoza, Opinión
Los candados en la barandilla del Puente de Santiago de Zaragoza son acto de juventud. El simpático candado que luce un corazón llama la atención del paseante.
El rio Ebro se luce pero no le ponen candados a sus aguas y llegará el verano y sus orillas serán playas de tierra seca y su caudal dará pena.
Frente a su margen. La parte antigua de la Ciudad luce prendas. La Basílica del Pilar y sus Casas Palacio que sueñan. Dormitan. Y viven siempre a la vera del Rio. Querido Rio Ebro.
Sus aguas tan necesarias fueron lastimadas por aquellas algas que eran beneficiosas (al decir de irresponsables) para mejor conservación y pureza de las aguas.
No engañan. Aunque se trate de una minoría que persevera; a ellos no les engañan.
El Consistorio de Zaragoza se lució con traje de remiendo y tuvo por lecho de algas, la plaga de la mosca negra. Ahí quedan los artículos de porfía en diarios en los que aseveraban “entendidos” que nuestro Rio Ebro estaba bien cuidado.
Llegó el momento de la realidad y las algas por toneladas fueron sacadas de lo pudo llegar a ser “sumidero”.
El Rio Ebro se desborda pues quiere libertad para sus aguas. Su cuenca modelada por humanos no siempre es la que conviene a la fuerza de sus caudales. Las generaciones pasan y las derivaciones y canales no llegan al secano y Aragón sigue teniendo sed y le sobran siluros y mejillón cebra que invade depósitos de agua (y a esperar que me las den todas), y en demasía… se cuentan los terratenientes que se hicieron dueños de fuentes y manantiales el cangrejo americano que son inmunes a enfermedad pero la contagian matando al cangrejo autóctono del momento en que ellos son implantados.
Pasó enero. El anuncio de aguas en Aragón se hace de rogar. En las cumbres parece que quiere darse en blancura la ansiada nieve, pero el hombre del tiempo de cuatro tres acierta. ¡Por regiones!
Este fin de semana el Rio Ebro al pasar por la Provincia y Zaragoza anda todavía sobrado. ¡Pero eso sí! Reconciliado con riberas y pueblos.
Carmen Amigó y Pérez-Mongay