El «discreto» y valorado encanto de la nadería
Publicado por Gerardo Hdez Zorroza, Posteado enOpinión
El arrobo por la superficialidad es seña de identidad de esta sociedad nuestra que dice, de boquilla, suspirar por cosas más elevadas, pero que vive muy pendiente y apegada a la superficie. Con mucha discreción, eso sí, no vaya a ser que se sepa, que otros sepan lo que pienso y siento, lo que yo soy. Que no se adapta en ciertos aspectos sensibles a lo que los cánones sociales dictan, y eso, claro, «no me lo puedo/podemos» permitir. Por «discreción».
Tan preocupados por defender (y adornar con arrogancia algunas veces) nuestro falso «ego» (la imagen social, aceptada por familia, sociedad y “el otro” en general) estamos que hemos dejado en el fondo de nuestro ser, sin alimento, a nuestro ego real, aquel que auténticamente somos. Nuestra discreta esencia que diríamos.
Es inútil, por tanto, engañarse, e inútil pretender aparentar lo que no somos. Porque además al final todo sale a la luz. Una Luz que, si es veraz, no culpa ni critica nunca, sino que sirve para transmutar lo falso, en auténtico.
El estudio psicológico de la personalidad apunta a que cada uno de nosotros vivimos preocupados, en exclusividad que diríamos, por nuestra propia imagen. Una imagen que, a menudo, si miramos con nuevos ojos, no es la auténtica, sino meramente superficial. Sirve solamente para «el escaparate».