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abril 2020

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El Demiurgo

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El Demiurgo

Hacia el año 360 aC. escribió Platón uno de sus diálogos más conocidos, El Timeo, dónde se inventa al Dios creador » El Demiurgo » que vendría a ser una especie de artesano, ingeniero qué, tomando del mundo inteligible, mundo de las ideas, los modelos, creo todo a su imagen y semejanza, con la idea de bien y justicia cómo máximas. Quizás no haya quedado bastante hablado o escrito el hecho de que las grandes religiones abrahámicas o del libro; judía, cristiana y musulmana se sirvieron y tomaron este ejemplo para redactar su propio génesis del universo.

Esto tendría poca relevancia hoy, más allá de la noción histórica, si no fuese porque, sobre todo en occidente, se han trasladado los ideales religiosos, hacia los ideales políticos y económicos. Digamos que empezó a suceder con la ilustración y las revoluciones sociales, industriales y económicas.

Pues bien, la palabra » ideal » deriva del griego o de su transliteración latina del » eidos» , » idea» platónica. Sea pues por eso por lo que se conoce la filosofía platónica como idealista.

Hacia el año 367 aC. llegó a la academia platónica Aristóteles, el otro gran pensador del que toma sus raíces la cultura occidental.
Aunque en vida de Platón se respetaron mutuamente profesor y alumno, Platón lo llamaba la inteligencia de la academia, a la muerte de éste empezaron las dicotomías aristotélicas y platónicas. Aristóteles se opuso frontalmente a la teoría o doctrina de las ideas argumentando su propia filosofía » realista » en la que no tiene cabida un mundo inteligible, suprasensible, separado del mundo » real «.

Siendo esto así, todos los pensadores posteriores y en general, influidos por estos o por las religiones o por los poderes políticos y económicos, cada uno de nosotros nos posicionamos o dividimos de algún modo, en platónicos o aristotélicos, idealistas o realistas. Podría ser esta una más de las divisiones que necesita el ser humano, al modo; cristiano, protestante; apolíneo, dionisíaco; derechas, izquierdas o simplemente sevillistas, béticos, si no fuese por la perversión que lleva implícito el término » ideal » si se usa instrumentalizado, cosa que no hizo Platón directamente, aunque su «Polis ideal» de la República, es tan utópica cómo algunos de los sistemas que se proponen en la actualidad.

La defensa de un » ideal» es algo abstracto, es la defensa de una » idea» propia o en la mayoría de los casos ajenas y, de una u otra forma, impuestas por y sobre todo para «terceros».
Frente a eso, la » realidad » es lo complejo de las cosas, aquello que Aristóteles llamaba la » phisis » física, mundo físico, real, sensible, que no se puede obviar por abstracto, ni defender con otras armas que los hechos, pero nunca con las ideas.

Claro pensando un poco en esto y en la » realidad » actual, se está empezando a demostrar cómo todos los sufijos «istas» que tienden a los extremos ( también Aristóteles habló del justo medio), están perdiendo su sentido » ideal» » abstracto » en pos de una realidad, pongamos que natural, que nos está haciendo iguales, sin necesidades abstractas, al igual que la razón y la muerte nos hacen tal.

No puedo dejar de acordarme de los fascistas, comunistas, capitalistas, machistas, feministas, racistas nacionalistas, separatistas, y en general de todo lo terminado en «istas»en ese sentido, radical/extremo, que se erigen como los nuevos Demiurgos, y en su defensa ideal; de justicia y bien, de la diferenciación entre Estados, grupos, sistemas, etnias, géneros, etc., cuándo una «realidad», imperceptible incluso, nos muestra cómo realmente somos.

No puedo más que decirles qué, en lo básico, en la vida y la muerte, somos todos exactamente iguales, la «realidad», pues, es infinitamente superior y más compleja que esos asquerosos » ideales » que tratan de defender y casi siempre enajenar.

Sería más conveniente en este sentido ser aristotélico, para salir de éste, y en general de todos los problemas de esta índole, que tienen que ver con el grueso colectivo, no unitario. Dejemos así que lo platónico quede para lo individual y/o poético…para aquello que todos conocemos cómo «el amor platónico» y que se imponga la realidad mental, no sólo la realidad de hechos.



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