El cariño que acaricia el alma.
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
Ary Waldir Ramos nos informa desde Roma de que el Papa Francisco recibió, el 9 de junio, en audiencia en la Sala Clementina del Vaticano a los dirigentes de las Asociaciones Médicas de América Latina y España. En el acto empezó diciéndoles:
- “La compasión es de alguna manera el alma misma de la medicina. La compasión no es lástima, es padecer-con”.
Sucesivamente, en un gesto simbólico sostuvo:
- “A mí me gusta bendecir las manos de los médicos como signo de reconocimiento a esa compasión que se hace caricia de salud”.
El Pontífice habló de la identidad y el compromiso del médico y sostuvo:
- “Estas no sólo se apoyan en su ciencia y competencia técnica, sino principalmente en su actitud misericordiosa y compasiva hacia los que sufren en el cuerpo y en el espíritu”.
El Obispo de Roma, en pleno Año de la Misericordia, instó a los médicos a la compasión y dijo:
- “En nuestra cultura tecnológica e individualista esta no siempre es bien vista”.
- “En ocasiones la compasión no es tal, sino que es un desprecia porque significa someter a la persona que la recibe a una humillación. E incluso no faltan quienes se escudan en una supuesta compasión para justificar y aprobar la muerte de un enfermo”.
Expresó, que por el contrario:
- “La verdadera compasión: no margina a nadie, ni la humilla, ni la excluye, ni mucho menos la considera como algo cuya desaparición es buena”.
Y respecto a la Biblia y la salud, insistió Bergoglio:
- “La salud es uno de los dones más preciados y deseados por todos. En la tradición bíblica siempre se ha puesto de manifiesto la cercanía entre la salvación y la salud, así como sus mutuas y numerosas implicaciones”.
El Papa presentó a Jesús como ejemplo concreto de misericordia y compasión. Christus medicus:
- “Él es el Buen Pastor que cuida a la oveja herida y conforta a la enferma” (cf. Ez 34,16)
- “Él es el Buen Samaritano que no pasa de largo ante la persona malherida al borde del camino, sino que, movido por la compasión, la cura y la atiende” (cf. Lc 10,33-34)
Los médicos escucharon las palabras del Papa:
- “Estáis llamados a no dejarse ganar por el triunfo del egoísmo, y a no despreciar a las personas que no cumplen con determinados cánones de salud, de belleza o de utilidad”.
- “Por qué el valor sagrado de la vida del enfermo no desaparece ni se oscurece nunca, sino que brilla con más resplandor precisamente en su sufrimiento y en su desvalimiento“.
Francisco citó a san Camilo de Lellis que preocupado por los enfermos sostuvo:
- “Pongan más corazón en esas manos”.
- “La fragilidad, el dolor y la enfermedad son una dura prueba para todos, también para el personal médico, por ello no se puede ceder a la tentación funcionalista de aplicar soluciones rápidas y drásticas, movidos por una falsa compasión o por meros criterios de eficiencia y ahorro económico. Está en juego la dignidad de la vida humana; está en juego la dignidad de la vocación médica”.
Al final del discurso, recordó que en este año la Iglesia católica celebra el Jubileo de la Misericordia y esta es una buena ocasión para manifestar reconocimiento y gratitud a todos los profesionales de la sanidad que, con su: dedicación, cercanía y profesionalidad hacia las personas que padecen una enfermedad, pueden convertirse en verdadera personificación de la misericordia.