El bálsamo dulce de la limpia mirada
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
Señor, tú nos das muchos dones, muchos talentos para que los compartamos con los demás y los hagamos fructificar para gloria Tuya y de tu creación.
Hoy quiero hablar de algunos de estos dones: el tiempo, la capacidad de amar, la formación humana y cristiana, la delicadeza, el cariño, la ternura, el bálsamo dulce de la amabilidad, la justicia, la transparencia, la sonrisa, la mirada limpia, la mansedumbre, la misericordia.
Muchos de nosotros podíamos dar a diario, en cada instante estos dones, y sin embargo nos apalancamos: en nuestro egoísmo, en nuestros cansancios, en nuestras comodidades, en nuestros decaimientos; y nos alejamos de los demás o al menos no nos acercamos a ellos.
San Josemaría decía: “Que poco es una vida para dar, para desagraviar …” Podemos sentir en nosotros tristemente la apatía: de nuestra dejadez, de nuestro aburguesamiento; mientras que vemos: las necesidades del mundo, la tristeza de las guerras, la desolación del hambre, el horizonte de la pobreza.
También vemos mucha gente sin hogar, desahucios terribles y por otro lado: gente sin formación cristiana, gente ignorante de las realidades más sublimes. Pensemos en el tiempo que perdemos inútilmente los seguidores de Jesucristo: mientras los muertos se acumulan en las calles de nuestro mundo hostil y cruel; mientras el hambre arrecia con fuerza en tantos cuerpos y en tantos corazones; mientras los corruptos, cada vez más, alardean de sus vidas egoístas y vacías; mientras los insensatos ganan terreno.
¡Y mientras! en este panorama: Dios ausente, Dios en el olvido; a nuestro querido Dios: se le margina, se le destierra, se le pisotea; y a sus discípulos se les mata en buena parte del mundo, y a su Cruz Redentora se le escupe.
Los enemigos de Dios se envalentonan y mientras nosotros: dormidos, sedados por el placer, atrofiados por nuestra torpe insensatez, cómodamente ubicados en nuestra egoísta burbuja de insensibilidad tristemente inhumana.
¿Cómo podemos calificar esto? Yo sensatamente le daría un suspenso rotundo: a nuestra ramplonería, a nuestra actitud miserable, que casi siempre, casi siempre mira para otro lado.