Doctrina de fuego y luz.
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
La luz, el fuego, el agua, el pan … Son medios que utiliza Jesús para enseñarnos los detalles o las grandezas o las realidades de su doctrina vivificadora.
La belleza con la que Jesús nos describe su Reino es impresionante. Las Parábolas son cause certero y claro: para enseñarnos el “Camino”, para darnos a conocer la “Verdad” y para hacernos un diseño bien definido de lo que ha de ser nuestra “Vida”.
Todos conocemos: el bello relato del: “Hijo Prodigo”, la solidaridad y el amor en: “El relato del Buen Samaritano”, el ejemplo vivificador de la parábola de: “La levadura que fermenta la masa”, la trascendente parábola: “Del rico Epulón y del pobre Lázaro”, la parábola de: “La Oveja perdida”, el proyecto lleno de vida que nos va a describir Jesús a través de la parábola de: “La Samaritana en el pozo de Sicar” y no puedo dejar de mencionar la parábola del: “Joven Rico” y la falta de generosidad y la tristeza posterior de este joven, que pudo alcanzar las altas cimas de la felicidad ¡Pero, se quedó “pegado” a sus riquezas!
Hay muchos más ejemplos que utiliza Jesús en el evangelio para darnos a conocer, paso a paso, el camino de nuestra salvación humana y eterna; y sin embargo, aún con este caudal inmenso de riqueza doctrinal, hoy el mundo no entiende, ni quiere entender lo que es el pecado y lo que es la Gracia Divina. Tampoco entiende el sentido de la penitencia, ni la importancia de los sacramentos, ni el sentido de las ceremonias eclesiales, ni el porqué de la liturgia; y lo que es peor, no entiende: ni de amor, ni de servicio, ni de vida interior, ni de virtudes, ni de generosidad, ni de los valores por los que vale la pena vivir.
La Iglesia católica, para muchos por desconocimiento, ya empieza a ser un lugar oscuro del que quieren huir, porque consideran que su doctrina es una doctrina extraña o al menos chocante y poco atractiva para el mundo de hoy. Para muchos lo que dice la “Iglesia” y lo que dice: “La vida y el mundo” son cosas bien distintas y a veces contrapuestas.
A Dios no se le conoce, y en muchos aspectos tampoco a Jesucristo; se tienen ideas dispersas pero no aunadas: en una realidad compacta, en una doctrina de Vida y para la Vida, en una doctrina <<firme, estable y sólida>>
A algunos hoy les llama más la atención algunas de las creencias orientales en las que a mi entender hay más fantasía que realidad, lo que sí es cierto es que en ellas –en estas creencias- las exigencias son menores y ello ayuda notablemente a su seguimiento; no hay compromiso, no hay apenas exigencias, no hay un concepto claro de pecado; todo es belleza y aparente bondad y eso lógicamente en un ambiente de paraíso terreno, momentáneamente, nos sobrecoge y nos emotiva, llega a encandilarnos y descubrimos en ello una salida para nuestro vacío interior; pero en muchos casos esa realidad que no tiene consistencia acaba diluyéndose y en breve se queda en nada, pues nuestra alma tiene necesidad de trascendencia y de seguridad y de esas realidades firmes y compactas que han existido, existen y existirán.
Pido a Dios que nos libre de doctrinas fugaces y que nos ayude a conocer la verdadera doctrina del Sr. Jesús, la doctrina católica que tiene en su Papa Francisco y en su Iglesia, infinitos motivos: de fe, de credibilidad y de esperanza, en un mundo como el nuestro que se abate continuamente entre: el desaliento, el desánimo, la incredulidad y la tristeza.