Discurso de Navidad del rey Felipe VI
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
El primer discurso de Navidad del rey Felipe VI creo que merece un breve análisis teniendo en cuenta los tiempos difíciles en que España vive.
Juan Carlos I en los últimos años se especializó, a mi entender, en un tipo de discurso anodino e insustancial sin empeño ni compromiso decidido en resolver nada. Algún periodista comenta:
“Pero además el discurso gustó porque supera a los de su padre, Juan Carlos I. Seamos sinceros: los discursos de Juan Carlos eran de plástico”.
Mi opinión es que el comienzo del discurso del rey Felipe VI tiene garra y deseos de llegar al corazón de todos los españoles, dice así:
“Un momento que es, sobre todo, de cercanía y de reencuentro; un momento:
- Para aproximarnos.
- Para mirarnos con la voluntad y el deseo de entendernos.
- Para transmitir a las personas que nos rodean nuestros mejores sentimientos:
ü De paz.
ü Y de alegría”.
En estos primeros párrafos, en un lenguaje llano y cercano, el rey nos habla:
- De deseos de entendimiento.
- De aproximación.
- De afecto…
Y con ello pienso y entiendo que quiere dar a entender la autenticidad de involucrarse y aproximarse a los problemas y a la realidad de todos los ciudadanos; realidad cruda y difícil en muchos casos.
“Estamos viviendo tiempos complejos y difíciles para muchos ciudadanos y para España en general. La dureza y duración de la crisis económica produce en muchas familias incertidumbre por su futuro. La importancia de algunos de nuestros problemas políticos genera inquietud.
Y las conductas que se alejan del comportamiento que cabe esperar de un servidor público, provocan, con toda razón, indignación y desencanto. Los problemas que he mencionado han dado lugar a una seria preocupación social. Sin embargo, no debemos dejarnos vencer por:
- El pesimismo.
- El malestar social.
- O por el desánimo.
Sino afrontar con firmeza y eficacia las causas de esos problemas, resolverlos y recuperar el sosiego y la serenidad que requiere y merece una sociedad democrática como la nuestra”.
En esta parte del discurso el rey nos habla de afrontar con firmeza y eficacia las causas de los problemas y resolverlos para recuperar la paz y el sosiego.
Este comentario me parece profundo y entiendo que en él hay un propósito por su parte de afrontar con decisión y valentía los problemas en los que está inmerso actualmente nuestro país.
No sé en lo que podrán acabar estos deseos de Felipe VI, pero visto desde su atenta lectura parece que no es lo mismo de siempre:
<<Entiendo personalmente que hay por su parte una visión nueva y un compromiso más decidido y realista>>.
En el párrafo siguiente el rey ahonda aún más en la problemática en la que vivimos y habla:
- De regeneración.
- De valores cívicos.
- De principios éticos.
- De referencias morales.
Y dice:
“El pasado mes de octubre afirmé en Asturias que necesitábamos referencias morales a las que admirar, principios éticos que reconocer, valores cívicos que preservar. Decía, entonces, que necesitábamos un gran impulso moral colectivo. Y quiero añadir ahora que necesitamos una profunda regeneración de nuestra vida colectiva. Y en esa tarea, la lucha contra la corrupción es un objetivo irrenunciable”.
Las palabras siguientes del monarca indican con claridad la disponibilidad por su parte de afrontar la realidad sin evadirse de las situaciones comprometidas:
“Los ciudadanos necesitan estar seguros de que el dinero público se administra para los fines legalmente previstos; que no existen tratos de favor por ocupar una responsabilidad pública; que desempeñar un cargo público no sea un medio para aprovecharse o enriquecerse; que no se empañe nuestro prestigio y buena imagen en el mundo”.
Y por último quiero hacer mención este párrafo en el que se menciona:
- La honestidad.
- La transparencia.
- La limpieza…
- Y cortar de raíz la corrupción.
Y dice:
“Pocos temas como éste suscitan una opinión tan unánime. Debemos cortar de raíz y sin contemplaciones la corrupción. La honestidad de los servidores públicos es un pilar básico de nuestra convivencia en una España que todos queremos sana, limpia”.
En todo esto creo que estamos de acuerdo, solo hace falta que para 2015 este discurso sea una realidad en la vida y obra de Felipe VI y de una gran mayoría de españoles.