Dios me interesa
Publicado por rafagutierrez, Posteado enIglesia Católica, Opinión
No sé lo que tú, el que ahora lees esto, pensaras de Dios, de la religión, de la fe, de la iglesia, de la misa, de las bodas por la iglesia, de las primeras comuniones … No sé si Dios te interesa algo o no te interesa nada. Hoy el mundo va por otros derroteros, en ocasiones derroteros peligrosos, pues ya se está viendo en muchos casos como acaban. A mí al menos me parece que sin tener ideales firmes es difícil vivir coherentemente pues fácilmente nos podemos dejar llevar: por apetencias, por sensaciones, por situaciones que pueden acabar en un pozo del que puede ser difícil salir. Es necesario tener una razón para vivir, tener un fundamento para lo que hacemos cada día, pues sino podemos acabar fácilmente desesperanzados, tristes o angustiados sin saber por dónde dirigir nuestros pasos. Por eso es siempre importante buscar con la mayor certeza posible el verdadero fin de nuestra vida, y así los pasos que damos, el camino que recorremos será más llevadero y con menos incertidumbre. No entiendo el interés de una gran mayoría de personas en la actualidad de querer prescindir de Dios, hoy parece que se lleva ser: agnóstico o ateo o no ser nada; eso parece que según la visión actual es lo más coherente, pero no es así, pues: la fe, las creencias fortalecen nuestra existencia, dan sentido a infinitud de incógnitas que tiene la vida, le dan un porque a muchos de los sufrimientos y de las inquietudes que tenemos en el alma; y sin embargo el no creer puede ser sinónimo de un existir sin sentido. ¿Para qué vivo? ¿Para qué sufro? ¿Para qué me esfuerzo? ¿Qué fin tienen: mis inquietudes, mis sentimientos? ¿Hay algo después de que ésta vida? ¿Tiene sentido la muerte? ¿Por qué los jóvenes también mueren? ¿Por qué tanta desgracia? A veces esos interrogantes nos llegan a la mente y no tenemos respuesta y sin embargo nuestra inteligencia pide encarecidamente una respuesta coherente. A mi entender todos, directa o indirectamente, buscamos un motor que dé sentido a nuestra vida; buscamos en un ser la respuesta a nuestros interrogantes; buscamos un ser que pueda hacernos felices en este mundo a veces tan caótico y desgraciado. Es muy posible que en muchas ocasiones los cristianos no hayamos sido capaces de dar a conocer nuestro mensaje de una forma atractiva, de tal manera que ese mensaje diera la respuesta contundente que muchos necesitan para sus vidas, sin embargo: los malos ejemplos, la doctrina mal explicada de muchos católicos, da lugar a que los que no creen huyan de nosotros: a veces por nuestra falta de coherencia, y otras veces por nuestra falta de ejemplaridad. Es triste que los que tenemos que dar ejemplo produzcamos rechazo a los demás y que en nosotros no vean nada más que seres: sin sal y sin luz, sin nada que a ellos le pueda ayudar en su camino de búsqueda. Muchos por desgracia se van aterrados a nuestro lado por el cristianismo egoísta que vivimos; en vez de ser faros luminosos, somos tiniebla, somos oscuridad; y esto es tremendo, pero sucede en muchas ocasiones. Jesucristo, en el evangelio, dice: “La mies es mucha pero los obreros son pocos” yo diría que los obreros de la viña del Señor no sólo son pocos, sino que además en vez de atraer: a la fe, a la auténtica vida, lo que hacen, o lo que hacemos, es repeler por nuestra actitud incoherente y poco comprometida. Muchos somos guías ciegos que guían a otros ciegos; unos y otros ciegos: sin luz y sin esperanza y sin capacidad de transmitir y sin un fin concreto. Pidamos al Señor que los cristianos seamos capaces: de cambiar, de modificar nuestras actitudes, de ser más generosos y nos entreguemos de verdad a los demás, para de esta manera, entre otras cosas, acercar el mundo a Dios; a ese nuestro Dios que por amor nos ha creado y nos ha redimido; a ese Dios que siempre busca nuestra felicidad, aunque algunas veces tenga que ser a través del camino de la contradicción.