Día 28 – F. Andalucía: tristeza y alegría
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
Pienso que este año faltan motivos para celebrar el día de Andalucía:
Los ERES, con todo su carga negativa y con su presunta implicación de políticos y sindicalistas que se han repartido, parece ser, el botín sin importarles cuál era el destinatario para el que estaba asignado. Muchos millones a repartir entre bribones y maleantes.
Por otro lado el paro, que sigue asolando la realidad andaluza de una manera: muy especial y muy dramática; y cuando no es el paro son los puestos de trabajo basura: sin estabilidad; sin un sueldo adecuado; sin posibilidades, de nada y para nada, para el que lo realiza.
Otra realidad: Ya hasta la izquierda española se ha dado cuenta de que el capitalismo imperante es el mejor medio para adquirir fortuna y han dejado el emblemático y revolucionario sistema marxista para acogerse a la lectura de la historia de los sistemas capitalistas; y allí a ese hábitat, hambrientos del dinero fácil, han ido todos buscando el tesoro que les negaba su antiguo ideario.
El aborto, otro debate abierto, en él, como principio se niega el valor de la vida humana; pues las mujeres dicen que su cuerpo es suyo y que ellas son las que deciden; quizás no se han dado cuenta de que Dios les ha dado la más grande de las dignidades, otorgándoles el poder creativo y genuino de dar la vida, poder que con su forma de proceder están despreciando. El dilema es si Dios tenía que haber dado ese poder maravilloso a personas despreciables y sin entrañas; a personas que agonizan en el placer y viven continuamente en la inmundicia de cloacas putrefactas. No siempre será así, pero en muchos casos es la lectura que se puede hacer de algunos muchos que están obsesionados por abanderar, al precio que sea, el que ellos llaman: “progresismo abortista y derecho inalienable de la mujer”.
En estos días también, los quince muertos de Ceuta, llenan de luto nuestras fronteras. Emigrantes, personas que viven sin nada y buscan un lugar en el que puedan salir de su precaria situación; es lamentable este suceso que pone en evidencia de nuevo la poca sensibilidad que tenemos, unos y otros, ante los problemas reales y acuciantes de este mundo nuestro.
La educación en Andalucía y en el resto de España es otro tema preocupante, el fracaso escolar es evidente y no se ponen los medios para resolver este triste problema; pasan los años y el problema continua y los que tienen que resolver enfrentados en una situación caótica y sin poner los medios para mejorarla; y en este enclave se pierden muchos jóvenes que no llegan siquiera a terminar la ESO y que son víctimas de las irregularidades de un sistema educativo que necesita evidentemente retoques, grandes retoques acordes a la magnitud del problema.
Los jóvenes también forman parte de este panorama de de desilusión y desaliento; ya cuando terminan sus estudios buscan otros lugares, en muchos casos lejanos, para encontrar una solución laboral estable que responda positivamente a sus perspectivas profesionales. Andalucía despide a sus jóvenes y a sus talentos y a sus investigadores, y a todo aquel que no quiera seguir oliendo ha podrido, en este basurero en el que estamos convirtiendo nuestra tierra andaluza.
Más de uno seguro que en estos días pondría la bandera de Andalucía a media asta; y muchos otros, sin despreciarla, la guardarían, para no acordarse de la prosperidad del pasado en el que por culpa de muchos se ha fraguado la nefasta realidad de un presente agonizante.
Por otro lado el expolio al que se quiere someter la Mezquita de Córdoba por parte de la izquierda radical y laicista que siempre tiene motivos para atacar a la Iglesia. Lo saben bien los que vivieron en los años 30 del siglo pasado en donde muchas iglesias, conventos y otras propiedades de carácter religioso fueron asediados por parte de milicianos organizados bajo las directrices del partido comunista; y en esos asedios murieron muchos cristianos por el solo hecho de ser cristianos. Esta memoria histórica no la cuentan los que hoy quieren remover su memoria histórica y no la memoria histórica de todos los españoles.
El que esto escribe, en sus 35 años de profesor y organizador de actividades conmemorativas del Instituto, ha celebrado todos los años, desde que se instauró, la fiesta de la autonomía andaluza; junto con los alumnos, también los profesores y los padres/madres, en este día vivíamos felizmente la celebración; hoy visto el panorama de muchos de los políticos antidemocráticos y corruptos que ocupan el poder, aunque no son todos, no podría celebrar esta fiesta; pues celebrarla sería como sentir admiración por: la corrupción, la mentira, la desfachatez, la insolencia y la cara dura de los impresentables que quieren vivir -un año más- del cuento; mientras que el resto de los ciudadanos, honestos andaluces, pasan penalidades y miserias.
Para finalizar indicar que no quiero olvidarme de que ante toda esa debacle institucional, manejada por unos cuantos, esta esa vida realidad de Andalucía; una Andalucía con un enclave de belleza sin igual; una Andalucía de gente encantadora: que vive, enamora y trabaja; una Andalucía: con unas vivencias tremendamente emotivas, con unas tradiciones de honda raigambre, con unas devociones que inundan de felicidad el alma. Andalucía sigue siendo Andalucía: su patrimonio, su naturaleza, su hegemonía, su historia, sus vivencias son de una riqueza sin igual; son un patrimonio que perdurara a través del tiempo y que ningún ser humano será capaz de destruir. A pesar de los pesares Andalucía sigue viva: su corazón palpita, su talante enamora y sus costumbres se viven con pasión. Andalucía es una entrañable y apasionante realidad, un encanto indescriptible para los sentidos.
Andalucía a pesar de los pesares: sigue siendo y seguirá siendo Andalucía.