Derechos emocionales, sexuales y reproductivos.
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
Millones de personas en todo el mundo ven su salud y su vida sexual y reproductiva amenazadas por la falta de medidas de los gobiernos para garantizarles sus derechos tanto sexuales como reproductivos y emocionales. |
Los derechos sexuales, reproductivos y de vida digna en pareja son derechos humanos que tenemos todas las personas.
Nos dan derecho a:
- Tomar decisiones sobre nuestra salud y vida sexual sin temor a sufrir coacción o discriminación.
- Pedir y recibir información sobre la sexualidad y la reproducción y acceso a servicios de salud relacionados con ellas.
- Decidir cuándo tener hijos y cuántos; y recibir ayuda, información y facilidades.
- Elegir a nuestra pareja íntima; y si casarnos y el cómo y el cuándo.
- Decidir cuándo y cómo formar una familia, un hogar; y recibir las ayudas sociales adecuadas.
- Vivir sin sufrir:
Desde una óptica Humanista y de Ley Natural no se pueden considerar derechos:
- Ni el aborto, que es privar de vida a un ser humano vivo.
- Ni el matrimonio formado por parejas del mismo sexo.
En muchos países se cometen muchas atrocidades referentes a la:
Principalmente en países de Asia y áfrica, y debido en muchas ocasiones a tradiciones y vivencias que denotan:
- Imposición
- Incultura.
- Y sometimiento de la mujer por parte del hombre.
Las niñas y jóvenes de muchos países sufren, y mucho, por estas tradiciones y costumbres que denotan:
- El egoísmo.
- La insensibilidad humana.
- Y a veces una incultura ancestral.
Como ya antes que hemos mencionado.
A veces dentro de estos mismos hechos hay una esclavitud patente e innegable, incluso dentro de las mismas familias, en donde los padres venden a los hijos especialmente a las hijas, y muy jóvenes, a sabiendas y con certeza de que se van a cometer con ellas abusos sexuales.
Todo esto es un indicativo:
- De la ingratitud humana.
- De las actitudes egoístas de muchas personas que sólo buscan: el poder, el dinero y el placer a la hora de actuar.
Y estas actitudes denigrantes la reflejan y las convierten incluso: en normas de obligado cumplimiento bajo pena, en costumbres y en tradiciones y estilos de vida; en donde el más débil es siempre el que más sufre y del que más se aprovechan los demás para su propio beneficio.
Colaboremos para erradicar en el mundo estas prácticas que por otro lado de una forma u otra cada vez se extienden más, mientras unas parecen disminuir otras aumentan con lo cual se hace difícil su erradicación.
Sin embargo es incuestionable que:
- Sin cultura y sin formación humana.
- Sin respeto a la ley natural.
- Sin leyes justas y sin honestidad.
- Sin coherencia y sin sensibilidad social.
- Sin generosidad y sin actitudes solidarias.
Es muy difícil que todo esto desaparezca de nuestro mundo.
Pero es obligación de todos construir:
Y construir como dice el papa Francisco:
- La civilización del amor.
- La civilización de la ternura.