Déjate “moldear” por Dios.
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
Para este tiempo de Cuaresma la Iglesia recomienda encarecidamente la verdadera y auténtica conversión; que consiste en una transformación interior y en una disposición efectiva de mejora personal.
Indiscutiblemente todo esto requiere un esfuerzo por nuestra parte, un abandonar lo caduco y pecaminoso de la vida pasada y un abrirse a la nueva vida, bajo la tutela y el mensaje apasionante de nuestro Señor Jesucristo.
Ciertamente la doctrina de Jesucristo es exigente pero siempre nos reconforta y nos da paz y sosiego y además nos aparta de las esclavitudes dañinas de este mundo.
En muchas ocasiones caemos en la tentación de seguir las indicaciones de este mundo corrompido, en tantas y tantas cosas, y nos alejamos de las realidades eternas, y con ello convertimos nuestra vida en una incierta pesadilla a veces incluso lamentable.
Es bueno por lo tanto para este tiempo de Cuaresma una Confesión pausada a la que le dediquemos el tiempo preciso y en el lugar adecuado. Con la Confesión Sacramental no sólo se nos perdonan los pecados sino que además adquirimos la Gracia necesaria para la conversión y adquirimos también las indicaciones pertinentes para mejorar en nuestra vida interior y en nuestros propósitos personales y sociales.
En cualquier momento podemos acudir al sacerdote, el -cariñosamente- nos atenderá, puesto que para un sacerdote la función principal es la de administrar generosamente si es necesario los sacramentos de Jesucristo.
Para realizar una buena Confesión, según nos indica el Catecismo, hacen falta cinco cosas fundamentales: examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de la enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia. Con esas cinco cosas una persona pasa de tener un alma turbia y quizás atormentada o inquieta por el pecado a tener un alma limpia dispuesta para el amor y dispuesta para entender las mociones divinas que siempre nos dan la paz y el sosiego que tanto necesitamos.