De cabeza al abrazo con su Santidad.
Publicado por rafagutierrez, Posteado enOpinión
La pequeña historia que voy a narrar es la de Jesús, un linarense con parálisis cerebral al que su fe firme y pétrea, robusta e inquebrantable le llevó a Roma.
Con impaciencia esperó el momento para poder realizar el viaje. Llevaba años queriendo realizar el sueño. Él, deseaba ante todo poder abrazar al Romano Pontífice: Francisco, y mostrar con ello su amor:
- A la Iglesia, a la cristiandad, a Jesucristo y a la humanidad entera.
Con ilusión e inquietud, esperó el, para él, tan grato momento. Todo lo prepara cuidadosamente, con cariño y con esmero. Todo hasta los pequeños detalles los tiene en cuenta a sabiendas de la importancia de la visita a su Santidad:
- El Papa es uno de los grandes amores que todos los cristianos tenemos en la tierra, y la mayoría somos conscientes de ello.
- Otros por desgracia no entienden en toda su magnitud la importancia espiritual de este hecho y por lo tanto viven un cristianismo un tanto anodino e insustancial alejados de la autenticidad.
- Jesucristo le dijo a Pedro, el primer Papa:
- “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificare mi iglesia, y lo que atares en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desatares en la tierra quedará desatado en el cielo”.
Nuestro protagonista, lleno de fe y conocedor de esta realidad realiza esta peregrinación a la sede del Príncipe de los Apóstoles y llegado el momento acude en la plaza del Vaticano al encuentro del miércoles, dieciséis de marzo:
- Allí está Jesús, nuestro paisano, rebosante de felicidad, sabiendo de la dicha que participa.
- Con intensa vibración vive la Santa Misa con el Papa. En aquellos momentos intensifica la oración para no olvidarse de nadie, ni de nada:
- El paro en España, la paz, la situación inquietante en que vivimos, su familia y todas las familias españolas, la salud, la aceptación de la enfermedad, los jóvenes, los sacerdotes, la iglesia, su vocación y un sinfín de cuestiones importantes que acuden a su mente, y él los coloca en la patena, en el altar, junto al Papa a sabiendas de la trascendencia del momento.
Terminada la Misa el Santo Padre saluda a los asistentes, y en lo posible, dada la gran multitud, se acerca a ellos:
- En un momento Jesús ve como el papa Francisco se acerca, pero él no puede acceder pues una valla se lo impide, e instintivamente se tira de cabeza, Jesús es consciente de que para el amor no hay nada imposible.
El Papa se da cuenta y se acerca, la intensidad del cariño se palpa y Jesús y Francisco se encuentran uno frente al otro, y en un tierno y efusivo abrazo se funden ante la mirada de miles de personas que descubren una vez más, en aquella inmensa plaza, la fuerza del amor.
El Papa, una vez más: con el enfermo, con el ser humano, con la persona.
El Papa, hoy muy especialmente, con este linarense y español tan querido llamado:
- Francisco Jesús Ballesteros Prieto.