Corrupción: La cara B de la democracia
Publicado por galdo-fonte, Posteado enOpinión
En su intento de no pagar en las urnas la costosa factura de su corrupción, un PP acorralado, juega al despiste de la artimaña, al vender por cierta la reactivación económica, que por ficticia, le devolverá su rebote por efecto búmeran
Por mas versiones deformadas que nos quieran transmitir, lo cierto es que España, lejos de conducirse a través de la estabilidad de una democracia, lo está haciendo a golpe de trombos y volantazos, efectuados, por unos pilotos suicidas que enfundados en la escafandra de su escudería política, han decidido convertir al país en su singular circuito de confrontación, dispuestos a quitar de circulación con todas las consecuencias a quien se interponga en su frenética carrera del todo vale, cuyo objetivo final no es otro, que alcanzar la meta a cualquier precio y seguir manteniendo así el podium de la gobernabilidad, aún cuando toda recompensa de reconocimiento a su triunfo, mas que tener carácter de merecido galardón sea la indecente tapadera que viene a encubrir la degenerada realidad de una interminable orgía de corrupción.
Por eso que ahora, cuando es ésta quien acecha, los guías de la maquinación sin decaer en su deriva infractora, en línea con su reprensible proceder, intentan escabullir el bulto y negar con ello toda implicación transgresora.
Siendo justamente esta actitud de cinismo y disimulo la utilizada por el Partido Popular, cuando haciendo una lectura sesgada de lo escrito por el juez Pablo Ruz, en un intento de confundir al electorado, aducen que al no presuponer su contenido una declaración de condena, el mismo, es expresivo exculpatorio de su formación en la trama Gürtel.
Un dislate sin paliativos, por cuanto de la exactitud del citado escrito se concluye todo lo contrario y pone al descubierto que el «grupo conservador» está metido hasta las cejas en el asunto, tal como confirma la propia judicatura al obligar su comparecencia en las actuaciones en calidad de partícipe a título lucrativo, o lo que es lo mismo, al dejar expresado al margen de todo intento de evasión, que el partido de la gaviota está implicado al completo en esta trama de financiación ilegal, como lo determina la circunstancia de su deber a comparecer en la causa asistido de letrado y procurador, extremo que por su contundencia despeja toda duda de interpretación, dejando así sin efecto las falacias con las que el PP quiere burlar su implicación y disfrazado de inocente esconder ante el electorado su ostensible participación en los hechos.
Resultando por tanto una tomadura de pelo, que tras las evidencias refrendadas por la Fiscalía y la Abogacía del Estado considerando «acreditada» la existencia de una caja B para la financiación ilegal del actual partido en el Gobierno al igual que su implicación participativa a título lucrativo, el PP como directo aludido, en vez de asumir las consecuencias jurídicas y políticas derivadas de tal aserción, a pesar de la existencia de testimonios probatorios, en un ejercicio de negación de lo evidente y del arrinconamiento de la verdad, opte por darse a la fuga de toda responsabilidad y proclamarse ajeno a las gravísimas acusaciones que vienen a refrendan su imputación.
Cuando queda probado la existencia de una red de corrupción participada por el PP, no es de recibo que sus mandatarios miren hacia otra parte rehuyendo toda responsabilidad en el asunto,
Al Partido Popular le ha estallado la Gürtel en el peor de los momentos y con impactante percusión en su estructura política, al quedar probado a través de la Intervención del Estado el pago en negro de las obras de reforma en su sede de la calle Génova, como también contrastado el uso de fondos provenientes de esa caja negra para el pago de sobresueldos de la cúpula dirigente, gastos ordinarios del partido y para campañas electorales, y todo a pesar que dichas conclusiones estuvieran precedidas de una total falta de colaboración con la justicia, hasta el extremo, de forzar que la Policía tuviera que incautar la documentación requerida mediante registro realizado en su sede central por mandato y orden judicial.
Por eso, cuando queda probado la existencia de una red de corrupción participada por el PP, no es de recibo que sus mandatarios miren hacia otra parte rehuyendo de forma sistemática toda responsabilidad en el asunto, salvo, que además de su ligereza de trato para con la justicia, su intención final tenga por único propósito el tomar por imbéciles a la ciudadanía.
Es una obviedad por tanto afirmar que el PP no es ajeno a la trama corrupta de la Gürtel por ser su mas directo referente, pues además de la complicidad mantenida por sus testaferros con el gobierno de Aznar, el histórico delictivo que alimentó la caja B de la corrupción, tuvo por vinculado clientelar, el ávido apoyo de unas administraciones publicas que regidas por políticos de idéntico signo, hicieron del marco de contratación un garito de chalaneo, sin la mínima observancia ni acatamiento a disciplina legal, hasta el extremo, que en la mayoría de los casos la retroactividad aleatoria de las adjudicaciones de licitación, de llevarse a término, destaparía en cada caso un nuevo escándalo institucional.
Apuntando como agravante, la apología de autoritarismo que supuso la destitución dictada por Rajoy contra los inspectores de Hacienda, que en ejercicio de sus facultades escrutaban la participación del PP en la tramoya ilícita.
De ahí que afianzándose en la rotundidad de los hechos, no quede otra que concluir confirmando que lo que avistamos a flote en este piélago de impureza política, es tan solo un referente minúsculo de un gigantesco iceberg de corrupción, que lejos de tener por padrino al anonimato tiene procedencia y protagonistas concretos.