Carta abierta a D. Mariano Rajoy
Publicado por jcsm, Posteado enCarta al Presidente, Opinión
Sr. Presidente. Ayer ofreció Vd. Una rueda de prensa en la que, con mayor o menor fortuna, expuso ciertas cuestiones que afectan al futuro inmediato del país. Al terminar la comparecencia se le veía razonablemente satisfecho por sus declaraciones que transmitían paz y sosiego a los ciudadanos que no pueden pagar su hipoteca y se ven abocados al desahucio, a los miles que deben acudir con su familia a los centros de acogida para poder alimentarse, a los cinco millones de parados que están “jodiéndose” tal y como desea su compañera de partido y di-puta-da ¡Huy, perdón, he separado mal las sílabas!, que por cierto, pese a tener residencia en Madrid, cobra los 1823.86 euros que se establecen para aquellos representantes que viven en otra provincia, dando así la razón a su padre Carlos Fabra (el insigne constructor de aeropuertos para Skaters a cargo, claro está, del erario público) cuando defendió a su churumbela subrayando: «los valores, la ética y la responsabilidad social» de su hija”. Debemos suponer, por tanto, que se refiere a la defensa del “código de honor” que todos los grupos mafiosos tienen por bandera y respetan aunque la vida les vaya en ello.
Sr Presidente ¿Cuál es la razón de que no haya expulsado inmediatamente, de las filas de su partido a semejante criatura y obligado a renunciar a su escaño? ¿De verdad que no es consciente del daño que le va a infligir en unas próximas elecciones? ¿Cree que algo así va a ser olvidado cuando llegue la hora de votar a su partido? En fin, usted sabrá.
Y puestos a reflexionar, hay más asuntos que me inquietan: Afirmó que no iba a tocar las pensiones. ¡Vaya hombre, podría haberse callado! pues ha sembrado la alarma y desazón entre los pensionistas ya que, conociéndole, podemos dar por cierto que sufrirán otro tijeretazo y a no tardar. ¿Recuerda lo que dijo sobre no subir los impuestos un día antes de instalarse en la Moncloa?
Hasta cierto punto puedo comprender que malgaste, en intereses espurios, propios o ajenos (partidistas) los caudales que arrebata a sus “súbditos” financiando el disparate autonómico, repartiendo prebendas millonarias entre sus afines, manteniendo a incapaces, elegidos a dedo, en todas las instituciones políticas (que no son pocas), cientos de embajadas autonómicas, de diputados, concejales, asesores incompetentes hasta la desesperación, etc. y premiando con pensiones millonarias a cualquier cargo aunque haya defraudado y expoliado, en su beneficio, las maltrechas arcas públicas mientras que, galanamente, suprime parte de los ya menguados ingresos a miles de funcionarios que con su trabajo sostienen la nación. Y debo recordar que son funcionarios los Policías, Bomberos, Médicos, Militares, esto es, gente dedicada a salvar vidas y que usted les está dejando sin ánimos para continuar cumpliendo con su abnegada labor. O profesores encargados de desasnar a nuestra juventud para conseguir un país mejor y más preparado. Esos son los funcionarios a los que usted agrede con su reconocido valor y gallardía.
También afirma que se siente orgulloso de sus ministros (es una forma de ver las cosas) así como hemos de suponer que siente lo mismo por todos sus correligionarios y sus “barones autonómicos” como la Excelentísima Sra. Mamandurria. Pues vale.
Como dije, todo ello puedo comprenderlo, pues resulta inherente a su condición de político, del mismo modo que de un atracador de bancos, no se puede esperar otra cosa distinta a la de su habitual quehacer. Pero, por favor Sr Presidente concédanos una merced, al menos solo una: no nos siga mintiendo, que no somos idiotas.
P.S: Como no deseo que se me considere partidista ni simpatizante de grupo político alguno, es mi deseo dejar bien claro que estas líneas las aplico a cualquiera de sus señorías que acostumbran a pacer por el hemiciclo de la Carrera de S. Jerónimo y aledaños.