Cartas al Director

Nos hemos/ha acostumbrado este Sistema paternalista a que nos lo den todo hecho –desde las «altas esferas» del Estado y sus respectivos ámbitos de organización así sigue siendo– y nos hemos acostumbrado a obedecer lo que ordenan, sin rechistar, y cada cual se intenta buscar la vida, por independiente.
Debido a los problemas de soporte social mínimo que tienen determinados enfermos que acucian, y de qué manera, la labor de los profesionales de la Asistencia Sanitaria y Social, desde la Comarca Sanitaria donde trabajo, hace dos días, presentaron un Programa que pretende coordinar la Asistencia Socio-Sanitaria. Pero hete aquí que, como casi siempre, hierra el Sistema en una cuestión básica: ¡No simplificar!
Demasiada dispersión, pasos previos y pérdida de tiempo y energía para cosa buena.
Siendo esta Coordinación Socio-Sanitaria una necesidad inaplazable, creo mucho mejor organizar esto con practicidad y simplicidad. Para ello propongo lo siguiente.
1.- Un teléfono único que reciba y coordine los casos que precisen de la intervención Socio-Sanitaria.
2.- Unificar todos los servicios, tanto públicos como privados y de voluntariado (Cáritas, etc….) en un único servicio dispensador de atención. Y a cada uno en función de su necesidad.
3.- Es buen momento, también para que, gente sin trabajo, que quiera ofrecer sus servicios para este fin –y como éste, para cualquier otra finalidad para el Bien Común que se considere oportuna–, con fondos destinados por Ayuntamientos, Diputaciones, Gobierno vasco, Banca Cívica (sus dineros para ONGs), inclusive otras aportaciones altruistas que se puedan dar, puedan dedicarse a esta labor.
La Administración, debe dejar de patrocinar, por interesantes que sean otras cuestiones –y aquí las dedicadas al «deporte» chirrían bastante– para dedicarlas a urgencia social, a lo que significa de veras Bien Común.
En este sentido me parece interesante poner a funcionar no solo nuestras neuronas, sino nuestros dineros para poner orden a la situación de hundimiento que se avecina y nos negamos a ver.

4.- Y ya que estamos, recomendaría a todos la lectura de «La Economía del Bien Común» de Christian Felber, que apunta en la dirección que les he comentado.
Gracias.

Bien Común