Cartas al Director

D.E.P.

Fue un Papa inquisidor, gran defensor del catolicismo y perseguidor del cristianismo.

Débil con los fuertes y fuerte con los débiles.

Dimitió ya que la mafia del Banco Vaticano le amenazó con acabar como Juan Pablo I y claro, él decidió que Dios podía esperarle un tiempo más.

Porque listo era, y mucho.

Y también abdicó como él mismo reconoció, al verse impotente para luchar contra el lobby gay que mandaba en el Vaticano.

Su media naranja, el arzobispo Georg Gänswein, amenaza con contar en un libro, lo que Benedicto no quiso o no se atrevió a decir.

Pues nada, a esperar el libro y a ver qué cuenta, de lo que se pueda contar.

Porque lo más interesante y sorprendente de la Iglesia siempre es, lo que no se cuenta.

Rafael Bueno.

Córdoba.