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julio 2012

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Avergonzada

Publicado por , Posteado enCarta al Presidente, Queja, Política

Vergüenza. Es la palabra idónea para expresar lo que siento. Yo, española de nacimiento y de raíces, me siento avergonzada en un día como hoy. Me da vergüenza sentirme española, y pertenecer al país que pertenezco. Quiero empezar diciendo esto porque no me gustaría que mi tono formal (que raras veces utilizo) pudiera aminorar por un segundo lo que mis palabras quieren decir. Hoy es un día en el que me siento abochornada por la clase de seres que creen representar mi país. Soy una persona de corta experiencia en la vida, todo hay que decirlo; apenas cuento con dieciséis años y muchos de los que lean esto pensaran que soy apenas una cría. Pero si algo creo yo, es que hoy no necesito nada más que mi indignación y mi rabia más incontenida para hacerles ver a más de uno la vergüenza que toda España está sintiendo por una serie de decisiones que se han tomado ajenas a nuestro conocimiento. Como he dicho, mi corta experiencia no me va a echar para atrás ni por un momento. Quiero manifestar mi más sincero enfado, por sentirme engañada, utilizada y a menudo menospreciada. Quizás no sea la forma más indicada para hacérselo saber a los demás, pero  mi carácter y mi orgullo me impiden hacer otra cosa en un día como hoy. He sido testigo de las palabras de nuestro presidente del gobierno, el señor Mariano Rajoy, anunciando como de costumbre una serie de recortes que no dejan indiferente a nadie. Tengo que decir, en primer lugar, que me parece increíble la desfachatez con la que este hombre nos miente. Aún recuerdo sus palabras en la campaña electoral: «No subiré el IVA, no recortaré las pensiones…» y así un largo etcétera. No es que yo albergara una mínima esperanza de que este hombre fuera a arreglar el país, ni mucho menos, pero tampoco esperaba que la gente, ciega, mal informada y a menudo manipulada, se volcara de una manera tan extrema con los que años antes ya amasaban esta gran burbuja de especulación. Pero bueno, como yo estoy exenta del derecho a voto, por el momento, ese es un tema en el que no me meteré. La realidad es que la gente se dejó llevar por una corriente de falsas palabras, y olvidó por un tiempo que, aunque le demos la vuelta a la tortilla del poder, la sartén sigue en manos de los mismos. No deberíamos dejarnos engañar por unos distintos colores, o promesas de un futuro cambio. El poder, y lo que es más importante, nuestro bienestar, sigue estando en las manos de siempre: en las manos de quién especula, estafa y engaña a miles de ciudadanos. No voy a centrarme en mi historia personal, no quiero tratar de dar pena ni nada por el estilo, pues seguramente media España esté en la misma situación que yo. Solo quiero recordar que, a pesar de que estemos prácticamente en la miseria, la mayoría de nosotros, somos obreros. En nuestro país, obrero, no se mueve un solo dedo sin que nosotros, el pueblo, dé la orden. Quiero decir con esto, que a pesar de que ellos tengan las palabras, los medios de comunicación y el dinero, nosotros somos el aceite que engrasa todo el engranaje. Sin nosotros, sin nuestro apoyo, ellos no son más que una panda de impresentables sin nada que hacer al frente de nuestro país. Por eso, hoy, después de haberme sentido furiosa como nunca, os pido que deseéis el cambio. Porque si no empezamos a creer que es posible, nunca lo lograremos. De momento, ellos tienen rienda suelta para hacer con nuestros ahorros, viviendas y alimentos los que les venga en gana; pero esto no cambiará si nosotros no empezamos a movilizarnos. Dejémonos de palabrarerías absurdas, y empecemos cada uno con nuestra pequeña revolución. Apartemos la vista de los televisores, parémonos a pensar en como nos tratan desde arriba, en como nos exprimen como si cítrico fuéramos. Paremos de hacer lo que estamos haciendo, y pensemos, cada uno, que podemos hacer para que nos dejen de tratar como a simples títeres de feria. Gritemos, salgamos a la calle, movilicémonos. Porque no hay un ellos sin nosotros, y no hay más fuerza que la unión.

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