Estoy realmente «confundida», por decir lo menos.

Por una parte, a los católicos se nos prohíbe reunirnos a celebrar la Eucaristía, celebración de valor incalculable para nosotros. Y con toda seguridad no se nos permitirá participar presencialmente de los ritos de Semana Santa, la semana más importante del año litúrgico para nosotros. Cabe destacar que las iglesias han tomado todos los resguardos necesarios en cuanto a los aforos y cuidados sanitarios que la autoridad ha exigido y que cuando uno asiste a una ceremonia de ese tipo, no conversa con nadie.

Y por otra parte, se nos impele a participar en una votación cuádruple, que seguramente requerirá de largos momentos de espera (en 1 o 2 días será igual), en que las distancias sociales son difíciles de mantener y donde todo el mundo tiene algo que comentar.

Aludiendo a un personaje popular:

«Exijo una explicación». ¡Plop!

Verónica Lazo R.

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