Cantaba Dylan en los 60, como preámbulo de una revolución social que nunca llegó.
Situación que podría trasladarse a la actualidad. Argumento mi opinión con los resultados electorales de Andalucía. Relevantes por si solos. Pero más aún si como muchos apuntan, son reflejo de las generales.
El tan cacareado voto de castigo, se queda en: El PSOE ganador (sin primarias, sin lista abiertas…). Los culpables de tantas tramas, corruptelas, privatizaciones… Pierden peso, pero continúan en un cómodo segundo lugar. Y la alternativa de cambio (para bien o para mal) de Podemos. En un discreto tercer lugar. Seguido de cerca por un partido tachado por muchos, de afinidad con la extrema derecha.
Completemos con una Izquierda Unida, casi casi reducida al simbolismo.
Todo esto entre una tasa del paro del 23,67%, desahucios, recortes sociales, y leyes de impunidad en delitos ecológicos o financieros…
¿Es este el tan anunciado castigo electoral y los nuevos vientos de cambio? Mas de un@ puede seguir engordando y durmiendo tranquilamente.
Puede ser que la respuesta esté sonando en el viento, pero desde luego en las urnas no.

Según las ultimas encuestas sobre la intención de voto confirman que los cambios se afianzan y sentencian el fin del bipartidismo.
Podemos repetir la consabida retahíla de: Voto de castigo, populismo, modas, novedad… Puede que tengan algo de razón. Pero desde mi óptica, por encima de todas, es el cansancio. El cansancio de sentirse defraudado una y otra vez las viejas formaciones.
Porque francamente, desde mi perceptiva de ciudadano. No percibo tanto un cambio ideológico en las personas. Como sí un distanciamiento entre la clase política y su sociedad. Pero no por los postulados que defienden. Sino por la forma de funcionar las instituciones que representan esos postulados (tanto partidos como sindicatos).
La ciudadanía, los militantes de base y simpatizantes. Están hartos de la falta de democracia y transparencia en la formación de listas de candidatos. Donde no es la valía de la persona el factor mas determinante
De que las cúpulas y altos dirigentes viven de espaldas a sus bases. Impidiendo la critica interna y actuando más como una secta o nueva nobleza. Al servicio de sus propios intereses personales.
Que en realizar proyectos de gestión publica, basados en una ideología. (Se supone que es eso un partido político).
No tengo una bola de cristal. Pero pronostico con acierto, que si el verle las orejas al lobo. Sirve para que se incluyan primarias, tolerancia cero con intereses particulares, transparencia en la gestión y participación de las bases en las decisiones a seguir.
El nuevo ganador de las elecciones, será toda la sociedad.

Cuando en las clases de historia no hablaban sobre la guerra de los 100 años. No pocos nos preguntábamos con inocencia infantil ¿Como podía ser que durase tanto tiempo?
No estaría de más que todos con indignación adulta, trasladásemos esa pregunta a la actualidad. Aplicándola al Oriente medio, donde las hostilidades duran ya más de 70 años. Y según las noticias está más lejos que nunca de finalizar.
Huyendo de lecturas simplistas ya que podría escribirse una enciclopedia entera sobre el conflicto Árabe – Israelí, y seguramente aun nos faltarían datos relevantes.
Y desde mi postura de ciudadano medio Occidental, deseoso de que el citado, pase de los noticieros a los libros de historia. Hago publico mi sentir ( mayoritario entre mis homólogos) que sin ser expertos en diplomacia internacional. Si damos por buena la siguiente máxima:
“Cualquier resolución definitiva, tiene que basarse en dos puntos”
Uno: Tanto los Israelitas como los Palestinos, tienen el mismo derecho a tener un estado propio, seguro e independiente.
Dos. No se puede justificar nunca la violencia ejercida por ninguna de las dos partes, alegando tratarse de una violencia legitima y de respuesta.
Únicamente sin mirar al pasado, y con estos dos referentes asimilados como puntos de partida por ambos bandos. Se puede llegar a conseguir la tan anhelada paz, de forma estable y duradera. Y quizás algún día, la convivencia sin odios ni recelos entre las dos comunidades. Referentes para media humanidad.

En la carrera anual por el lleno en las zonas turísticas de ocio, una noticia transciende a la opinión publica. Discotecas y bares de Mallorca ofertan a las chicas participar en un “Mamading”. Que como estas alturas es público, consiste en un concurso de sexo oral. Siendo el premio bebida gratis durante su estancia en el local (La más de las veces a una botella tasada por 7 euros en el super).
Tras las condenas publicas de los políticos de turno y las aclaraciones varias. Tenemos dos opciones: dejarlo así y decirnos que funcionó el sistema. O preguntarnos cuales son las causas que generan tales comportamientos.
Basta con una observación a las imágenes difundidas. Para deshechar la idea de alcohólicos enfermos superados por su adicción. Más bien los identificaremos como adolescentes de clase media (y posiblemente estudiantes responsables). En pleno delirio lúdico y desinhibido.
“Puntualizaré previamente que lejos de mi ningún afán moralizador”. Pero si que me carga, la recurrente salida fácil con el discurso “la juventud actual…”
Como educador social propongo que tengamos más en cuenta que su comportamiento en gran medida, no es mas que el fruto de los valores ensalzados durante su periodo de maduración. Y que perciben como los propios de su generación de forma machacante.
Entre otros la banalización del sexo y su valía como atajo a una meta. La elevación de la disponibilidad sexual en las chicas, como su mejor cualidad, El culto a la arrogancia y el sexismo por parte de los chicos. El desprecio por el alarde público de la cultura y la educación, por parte de todos. Mezclemos estos ingredientes en una coctelera donde ponga la máxima social “El negocio es el negocio”. Ya tenemos el “mamadig” como punta de un iceberg.
Si de verdad queremos terminar con ciertas conductas. Es en la modificación de estos valores donde primeramente debe de insistirse. Y si no nos parece procedente hacerlo, lo dejamos estar y que alguien se tome una copa a nuestra salud.

En plena vorágine mediática sobre el denominado caso NOOS, con presencia de la familia real incluida. Creo es buen momento para hilar con una reflexión de más calado. Y sin entrar el citado como tal
Antes de seguir una aclaración (me considero republicano desde que conozco su significado)
Pero no deja de sorprenderme esta fiebre anti monárquica que recorre el país, surgida como una seta de la noche a la mañana.
Máxime cuando hasta hace bien poco, la casa real era una de las instituciones mejor valoradas por la ciudadanía, según encuestas del CIS.
A pesar de que si tiramos un poco de hemeroteca, comprobaremos que en sus momentos de más alta valoración. Ya eran publicas las informaciones sobre negocios o comportamientos que ahora tanto indignan. Pero lo cierto es que entonces la ciudadanía en su conjunto, lejos de indignarse. Incluso expresaba cierto beneplácito popular.
Es ahí donde entra mi preocupante reflexión, quizás seamos menos dueños de nuestros pensamientos (paso previo al comportamiento) y estemos más expuestos a la manipulación de lo que creemos.
Pudiera ser que con una compaña persistente y bien orquestada, por un Goebbels moderno. En la que no faltasen tanto políticos y periodista de renombre. Como apostrofes y frikis de la telebasura a partes iguales. Se consiguiese que comportamientos o ideologías actualmente censurables. Pasen del rechazo general a la aprobación, o cuando menos al la tolerancia.
En mi calidad de Educador social, y como ciudadano concienciado. Propongo que no seria nada malo, nos dejemos de escudar en frase cono: Donde va la gente…Mal de muchos…El que nada contra la corriente…Y empecemos a interiorizar valoras propios. Fruto de la información contrastada y nuestra reflexión individual.

Terminada la cita electoral, con su inevitable resaca de eruditos analistas sobre los resultados de las mismas.
Creo el momento oportuno de dar paso al sentir del ciudadano medio. Sin entrar en partidismos y desde una perspectiva más amplia.
Comentaré que recordando mis tiempos de estudiante, aprendí que democracia significaba poder presentar libremente opciones de gobierno diferentes. Y la capacidad cíclica del pueblo a elegir entre estas, mediante un sistema de sufragio universal.
Inocentemente pensaba que a estas alturas ya nadie cuestionaba el sistema.
Pero después de escuchar las declaraciones de más de un destacad@ “demócrata”. Tras la irrupción en escena de nuevas opciones políticas.
Mas me inclino a pensar, que el modelo lo tienen aprendido, pero no interiorizado.
Y que en lo que creen realmente. Es en la conveniencia de que el país sea regido por un tipo de democracia, basada en un bipartidismo de proximidad ideológica,
Con una muy limitada capacidad de decisión o cambios. Sobretodo cuando estos sean de calado social o económico.
Resumiendo, en una democracia tutelada por las élites, fundamentalmente las económicas.
Mi reflexión va encamina en que quizás sea necesario reaprender por parte de algunos políticos (mejor toda la ciudadanía) Conceptos como democracia activa, participación ciudadana, etc
Y así, nos daremos cuenta, que en el conformismo, la pasividad, la dejación… están LOS VERDADEROS ENEMIGOS de las libertades democráticas.
Y no en las distintas opciones políticas, cuando hacen uso legitimo de estas.