Cartas al Director

Tu voz en la Red

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lunes

29

julio 2013

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El hombre y la máquina

Publicado por , Posteado enOpinión

En mi época de estudiante, y para despejar la mente después de estar horas aprendiendo lecciones frente a los libros, solía pasear por la estación de ferrocarril, un lugar que me gustaba visitar desde que era muy niño; la llegada o salida de un tren siempre me parecía un gran acontecimiento.

En uno de esos paseos tuve la ocasión de hablar con un maquinista que había bajado de la cabina de mando de la locomotora para atender sus asuntos en la oficina de la estación y le pedí que, si no era molestia, me enseñara un poco su puesto de trabajo para comprender el funcionamiento de la máquina y ahogar así mi curiosidad. Y accedió amablemente, no sin antes presentarme.

Una vez dentro de la cabina, un detalle llamó mi atención: había un pequeño volante en el cuadro de mandos cuya función, evidentemente, no era la de girar las ruedas del tren al tomar una curva. El maquinista me explicó que ese pequeño volante debía ser girado cada poco tiempo cuando el tren estaba en marcha, y con ello la locomotora “detectaba” que estaba bajo control. Si esto no ocurría así, detectaba que el maquinista, por la razón que fuese, no estaba al mando y automáticamente se paraba para evitar un posible accidente grave.

Este ejemplo demuestra claramente que el ser humano no es infalible, y que una máquina cualquiera debe tener ciertos dispositivos, o ayudarse de otros, que funcionen de forma automática e impidan que pueda provocar serios problemas si no está bajo el control del hombre, como el tren del accidente de Santiago de Compostela.

Es posible (no forzosamente cierto) que el desafortunado maquinista del tren Alvia tuviese un despiste, una falta de atención en su puesto de trabajo por cualquier causa, una negligencia momentánea o prolongada… Pero lo que sí parece cierto es que, al margen del fallo humano, ese tren funcionó de la misma manera que si no hubiese tenido ningún tipo de control, nada impidió que provocara tan triste accidente.



jueves

25

julio 2013

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¿Cuánto espacio ocupa la deuda?

Publicado por , Posteado enOpinión

Con frecuencia los medios de información nos hablan de crisis económica, de prima de riesgo que suele subir más que bajar, de deuda con las administraciones y con el Banco Europeo, de rescate bancario, de dinero que nos prestan y debemos devolver… Un panorama poco agradable porque, sobre todo, ya tenemos una deuda de prácticamente un billón de euros, una cantidad que parece ser bastante grande.

Y claro, la pregunta es: ¿cuán grande es esa cantidad? ¿Cuánto espacio ocupa todo ese dinero? ¿Dónde se podría guardar? Podemos hacernos una idea si hacemos una sencilla operación: multiplicamos el espacio que ocupa un billete de, por ejemplo, 500 euros tantas veces como sea necesario para llegar a ese billón.

Si medimos este billete de 500 euros con una regla, resulta que tiene 160 milímetros de largo y 82 de ancho; y si medimos con un pie de rey su espesor, tenemos aproximadamente una décima de milímetro. Un cajón de 1 metro cúbico lleno de estos billetes contendría aproximadamente 400 millones. Si la deuda que tenemos es de un billón de euros, es fácil sumar cajones hasta llegar a los 2.500.

En otras palabras: imaginen que nuestro vecino, que es agricultor, tiene un invernadero de 2.500 metros cuadrados, va a trabajar por la mañana temprano y encuentra su finca llena de billetes de 500 euros a una altura de 1 metro. Tal vez hubiese preferido quedarse en la cama, entre otras cosas, porque no podría pedir ayuda para guardarlo en Dios sabe dónde. O dicho de otro modo: cada español tiene una deuda algo menor de 25.000 euros, de la que no se escapan ni el padre de nuestro vecino agricultor ni su hijo.

Si es cierto que todo ese dinero existe, cuesta creer que somos pobres y que hay escolares en el país que pasan hambre porque sus padres no tienen dinero para alimentarlos, y que algunos hospitales no pueden disponer de suficientes camas para atender a los enfermos. Y si ese dinero no existe, cuesta trabajo pensar que un día vamos poder pagarlo.

Parece difícil imaginar que hay tantos billetes de 500 euros, así que habría que pensar en otros, como los de 200 ó los de 100… a ver cuántos cajones se llenan.