Crisis y culpables
Publicado por galdo-fonte, Posteado enOpinión
Tanto el PP como el PSOE, al subordinar vía Constitución la financiación de la deuda al juego especulativo de los mercados financieros, cerraron todo acceso al crecimiento, y conduciéndonos a la austeridad como remedio, nos sumieron en la crisis a perpetuidad.
En todo problema es inverosímil sortear sus efectos sin erradicar sus causas, objetivo totalmente imposible de lograr sin obtener conocimiento exhaustivo del factor generador de su origen, pues sin la premisa de tener despejada esa incógnita, todo planteamiento de solución será además de una pérdida de tiempo un ejercicio de negación; siendo justamente esa, la dinámica que marca el proceder de quienes políticamente haciendo de custodios del poder siguen promoviendo remedios inútiles como solución a la descomunal crisis económica, sin entrar a profundizar en sus raíces ni diagnosticar la genética de su paternidad.
Pero a pesar de la actitud de escolta que presta esa mayoría política para con los artífices de la actual adversidad y su empeño por escabullir toda referencia progenitora de la crisis, como si la misma no tuviera culpables y emergiese por generación espontánea, aún cuando,tras el velado anonimato existe concreción identitaria, pues los directos responsables de la situación por mas amparo político que alberguen tienen nombre y apellidos, cuya plasmación se corresponde a la de quienes mueven en primer término los hilos de la economía con el beneplácito y servilismo de los gobiernos del bipartidismo; que no son otros, que los mismos que tras una inmerecida reputación han fabricado una crisis de diseño, cuya virulencia repercutida en la ciudadanía les reporta ventajosos intereses como resultado de las medidas de austeridad impuestas.
En todo caso, que no haya duda alguna a la hora de adjudicar culpabilidad de la situación, pues si evidente es la implicación del tándem conformado por los agentes del poder económico y sus satélites políticos, no es menos cierta la incorrección de un electorado que por negligencia crédula, incurre de forma iterada en otorgar confianza en las urnas a unas formaciones políticas adictas a la malversación del rédito electoral con fines distintos a la motivación de su otorgamiento, y que a pesar de su carácter reiterado, esa mayoría electoral, insisten en la cotidianeidad de reafirmar a los fraudulentos en todos los comicios en vez de proceder en consecuencia aplicando la réplica correctiva del voto de castigo.
Siendo ese refrendo electivo hacia una clase política que en papel de doble juego, llegada la hora de la verdad, preferencia lealtad a ultranzas a las altas finanzas en detrimento de los intereses de la ciudadanía, facilitando con ello que los mercados financieros a pesar de nunca presentar candidatura, ni resultar elegidos, indirectamente, sean quien en la práctica se hacen con el triunfo electoral, para así, como receptores de tal condición proceder en consecuencia, y pasando hoja a su negro capítulo como responsables de la crisis, usurpando la voluntad popular por dejación política tomar el papel protagonista de la economía, al solo objeto de sacar provecho de la misma, dando continuidad con ello a su dinámica especulativa, y esta vez, con el apoyo de las más altas esferas del Estado y al margen de toda regla democrática imponer su jerarquía en los pasillos del poder.
El partido del Gobierno persistiendo en su astucia, lanza un camaleónico mensaje con la única finalidad de difundir una apariencia institucional asociada a la regeneración democrática
Aún cuando lo expresado es la foto fija de una democracia devaluada y a su vez la plasmación de nuestra realidad política, el partido del Gobierno persistiendo en su astucia de adulterar la realidad, lanza ahora a través de la mass media un camaleónico mensaje con la única finalidad de difundir una apariencia institucional asociada a la regeneración democrática, en un estúpido intento de curar la enfermedad terminal que padece el sistema, utilizando por todo remedio un maquillaje de simulación; cuando toda iniciativa orientada a lograr la regeneración democrática de la vida pública del país, pasa forzosamente por llevar a término una reforma global de la acción política dando mayor cabida a la sociedad civil y a las opiniones concretas de la ciudadanía, y sobre todo, poniendo en práctica una agenda de radicalismo democrático con la finalidad puesta en rescatar el poder perdido tomando control político de la economía.
Por eso, mientras estas exigencias no tomen razón de certidumbre, mas que sentir la influencia de la tan publicitada regeneración democrática, percibiremos, la continuidad de la cada vez mas arraigada estrategia de la distracción; esa práctica habitual consistente en desviar la atención de la ciudadanía de los problemas importantes mediante técnicas de despiste y adulteración, que impidan a los electores tomar razón de la realidad, para así suprimiendo su capacidad analítica mediante un corto circuito en su racionalidad, suprimirle todo sentido critico para poder mantener cautiva su voluntad y seguir utilizándola como un maleable electoral.
De ahí que aún siendo múltiples los promotores responsables de la crisis, la directa culpabilidad haya de adjudicársele exclusivamente a quienes ostentando políticamente el poder Ejecutivo, en vez atajar el estraperlo de los mercados financieros, les dan alas para proseguir en su hostilidad especulativa