Señor Director:

Últimamente, ha estado en boca de muchas personas y diarios la noticia del aumento del salario mínimo, pues no es una noticia menor. Y he de decir que para mi es casi una falta de respeto. Es incomprensible la inconsciencia que existe en el medio económico de distribución salarial del país. En la cual un aumento de sueldo es tan insignificante que es casi nulo para una familia de clase media y baja que debe sostener una vida cotidiana, la cual es mi caso y vida cotidiana.

Ante un posible aumento del salario mínimo a $250.000 se haya llegado a $205.000 es degradante para una familia nuclear de clase baja (padre, madre, hijos), la cual en algunos casos solo hay un padre, o solo uno de estos consigue ingresos actualmente entre $90.553 y $243.535 (Per cápita y marginado de cualquier subsidio estatal), debiendo pagar: transporte, educación, alimento, luz, gas, etc. Además de esto, un Bono Marzo de $40.000 que beneficiará a aproximadamente 2 millones de personas, cuando el índice porcentual de clase media y baja es aproximadamente el 50% de la población nacional que correspondería a 8.317.000 personas aprox. sin tomar en cuenta a las clases de extrema pobreza.

Por lo anterior, a pesar de que la mayor injusticia está en este ámbito, también hago un llamado a las personas que conforman estas clases sociales.

Deben ser, y debemos ser más conscientes con nosotros mismos y nuestra realidad económica, ya que de ésta no surge nuestra verdadera situación, sino cómo subsistimos, adaptándonos a nuestro entorno social con dignidad y cómo nos sometemos al valor de algo tan efímero como el dinero, pues ¿No es este solución, pero también parte de los mayores problemas de la vida?…

Fabrizio Stefano Rivillo Guerra.
(Estudiante de educación Media, Colegio Alberto Pérez, Maipú.)