Mi situación, trabajando para una empresa de servicios, afecta cada día a más personas: Trabajando y sin cobrar.

Se supone que el empresario tiene una responsabilidad y un conocimiento más elevado que el de sus trabajadores para dirigir y hacer navegar a su empresa, alcanzando beneficios tras abonar los gastos que esta le genera.

En el caso de muchos empresarios cuando quieren seguir apostando por la creación de más empresas, o invertir en la que tienen, apuestan su dinero para tal fín. Si la cosa no sale bien, apuestan también el dinero de todos y dejan de pagar a Hacienda, a la seguridad Social y a sus trabajadores que son los que producen el beneficio a la empresa.

Es mi caso. La empresa cobra de clientes que pagan puntualmente, requieren que se cumpla el servicio y la empresa contratada no paga a nadie.

Como trabajador debo seguir trabajando, o me arriesgo a un despido procedente. A la calle y sin un duro,  además de lo que ya me deben.

Hacienda y Seguridad Social bloquean la facturación al empresario para que haga frente a sus deudas de impuestos, y dejan de lado que en esa facturación están incluidos los sueldos de los trabajadores. Poco les importa que su dejadez, tal vez legal, en el apremio del cobro de impuestos  ahora arrase con todo.

Mientras el trabajador, que no cobra, debe seguir con sus gastos porque nadie quiere saber nada de sus compromisos.

Luz, casa, agua, comunidad, teléfono y comida se siguen necesitando por lo que el trabajador que quiera seguir viviendo acumulará más deudas, si es que puede.

La Ley es tan absurda que permite al empresario dejar de abonar a sus trabajadores para que estos reclamen contratando abogados y pasado el tiempo puedan o no tener razón, a interpretación legal del Sr. Juez, en sus demandas. Que lo de la “interpretación de la Ley” es otro quiebro a la inteligencia de la ciudadania pues si no obtienes una “buena” interpretación seguirás recurriendo para ver si otro juez interpreta mejor tu demanda. Por tanto, si tienes dinero puedes aguantar, pedir lo tuyo y salir de buena manera.

Pero si tienes dinero no trabajas claro. Te haces empresario, pues así tendrás a todos los estamentos de tu parte y podrás dejar de pagar a todos . En último caso amenazas con cerrar la empresa y pides ayudas al Gobierno, que maneja tu dinero y el de todos, incluidos tus trabajadores. Si tu número de posibles despidos es alto ya cuentas con prorroga hasta que decidas cerrar aquí, para abrir algo similar en otra parte. Eso sí después de destruir puestos de trabajo, pasarte las antigüedades aceptadas en convenio por el forro de tus caprichos y obteniendo una magnífica bienvenida allá donde digas que vas a “crear” puestos de trabajo.

Esto no es punible, salvo que seas abogado de etarras, que ahora son detenidos por fraude fiscal, como al Capone. Tú ,“empresario Honoris Causa, por razón o causa de honor”, que has llegado a comprar el trofeo de empresario del año y que no has obtenido ninguna titulación especifica para montar una empresa te irás siempre de rositas a seguir viviendo como un marahá en plena calle Serrano madrileña.

Claro las empresas están para ganar dinero, y si es acosta de no pagar a los empleados pues para tí es un daño colateral. Demasiado haces contratando a toda esta plebe ¿no?

Y es que hemos llegado al siglo XXI, pero el sentido común, el honor y la honradez siguen perdidas.

Hablo del porcentaje más amplio de empresarios sin escrúpulos,  los que piden y piden hasta que tienen que poner de su parte y de repente pierden la memoria porque empresarios decentes y honrados también dicen que hay. Ya me gustaría conocer a alguno.