(Del Libro «ESPAÑA. Melones y Cucurbitáceas”)
¡Quien la hace la paga!
De sobras conocida la frase. Aunque los haya con menos fortuna que la pagan en demasía.
España es un paraíso para la delincuencia cutre y la de guante blanco.
El delincuente se siente mejor que en su casa (en ocasiones). Goza de gimnasio. Piscina. Talleres de Reinserción. Limpios locales (no solo aseados). Con atención médica y hospitalaria si están enfermos y además comen. Desayuno, comida (si cabe merienda) y cena corriendo a cargo del Erario Español. Habitaciones de hotel y cuando pisan la calle hasta cobran Paro.
El pasado cinco de septiembre de dos mil trece un programa de investigación retiene la atención “Encarcelados”. La Sexta Televisión (España) nos lleva al aberrante paraje de las cárceles Bolivianas en Cochabamba. Cárcel de San Antonio y Penal de San Sebastián donde se encuentran recluidos cinco españoles por tráfico de drogas.
Narcís (en San Antonio) dice vivir en el terror sobre todo cuando llega la noche pues es el momento en que aprovechan algunos de los reclusos para el maltrato. Maltrato que él; ya ha sufrido. Así como a la extorsión de cinco mil euros si quería conservar la vida. Dinero que le fuera enviado por su familia.
Metidos en un bidón con agua donde introducen electrodos es una de las aficiones de cacería que se practica en esta prisión.
El interior descalabrado de los edificios (y que se supone debería ser el Gobierno del Presidente Evo Morales quien hiciese el mantenimiento) es un barco a la deriva. Donde pululan a su gusto insectos.
Vigilados por personajes que se colocan la vara de mando (no agentes del Gobierno Boliviano) son quienes llevan a beneficio propio la recaudación. El recluso ha de pagarse el alojamiento en el destartalado edificio. ¿Compra o Alquiler?
Será acorde con los medios que cada penitenciado tenga. Sino; dormirá en pasillos y galerías (lata de sardinas. Con perdón pues son seres humanos) donde la cabeza de uno tendrá el pie en reposo del compañero y así… Y así…
La comida… Dos veces a la semana. Una especie de tente en pie que graciosamente reparten en prisión. El resto de días y del año será el propio interno quien busca la forma de alimentarse. Se da el caso que otro compañero (local) tiene montado el garito de venta.
Carlos (Canarias). José Luis (Santa Cruz de Tenerife). Ernesto (Madrid). Esteban (Pontevedra). Son los cuatro Españoles y recluidos en el Penal de San Sebastián.
¿Equivocación? ¡Destino!
Posible que el agobio al que aluden haberse visto en su tierra natal fuera el desencadenante; para hoy encontrarse en prisión sin conocer fecha de salida
España por su desliz económico (se lamentaban) es punto de mira de traficantes externos y nacionales buscando entre estas personas que se ven en abismo a encontrar en ellas un medio fácil para sus negocios.
Los niños son entidad en las cárceles así como las mujeres de los condenados. ¿Muertos de por vida?
En ocasiones las hubo en estas penitenciarias.
Un desconocimiento que la pequeña pantalla te acerca y lleva a reflexión.
¿Qué se hace desde la propia España para mejorar esta situación?
Sobre papel encuentras…
“La atención consular se puede materializar en asistencia no económica o en asistencia económica.
La asistencia no económica se puede concretar en:
– Recibir visitas periódicas del personal consular para comprobar la situación del detenido.
– Comunicar la detención, previa autorización y solicitud del preso, a sus familiares o personas que determine.
– Facilitar el envío de medicinas de sus familiares y allegados cuando el sistema penitenciario del país en que se encuentre cumpliendo la condena lo permita.
– Proporcionar, a título orientativo, un listado de letrados especialistas y con experiencia probada en determinados tipos de casos, que voluntariamente podrán ser contratados por los detenidos españoles.
– Entregar al detenido mensajes y correspondencia.
– Entregar material de lectura y para escribir cartas.
– Solicitar a las autoridades locales información sobre el caso, vigilando que el detenido reciba un trato adecuado por parte de las autoridades policiales o penitenciarias, velando por el estado de salud del detenido, y verificando su adecuada alimentación y tratamiento médico.
– Asistir, si lo desea el condenado, en la solicitud del traslado para el cumplimiento de su condena en España (en el marco de los Convenios sobre Traslado de Personas Condenadas a Penas Privativas de Libertad firmados por España y el país en cuestión).
– Además, el personal consular podrá asistir a los juicios de los detenidos españoles en el extranjero en aquellos casos en los que haya sospechas de una posible vulneración de sus derechos.
En relación con la asistencia económica, cabe destacar que en caso de necesidad, se puede entregar una ayuda a la persona que se encuentra cumpliendo condena que, como máximo, puede alcanzar los 120 euros mensuales siempre que su familia o allegados no puedan proporcionarle ayuda.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación dispone de un presupuesto al efecto, que representa un importante porcentaje del presupuesto total que consagra a la protección de españoles en el exterior.
El objeto de estas ayudas es paliar la situación de precariedad de aquellos países en los que los centros penitenciarios tengan condiciones inferiores a las de España, principalmente en lo relativo a salubridad, necesidades personales y alimentos.
Nuestras oficinas consulares asisten a los españoles condenados en el extranjero a solicitar el traslado a España para el cumplimiento de la condena impuesta, en el marco de los tratados internacionales existentes. dicho traslado solamente es posible una vez que la sentencia sea firme y que las autoridades españolas y las del estado de condena lo hayan autorizado y, además, lo haya solicitado el interesado.
El desempeño de estas funciones es prioritario para los funcionarios de las Oficinas Consulares de España”.
La realidad difiere en mucho cuando los verdaderos protagonistas cuentan sus desesperanzas. Sufriendo de los olvidos y de ser llevados a cárceles españolas.
Evo Morales quien fuera sindicalista cocalero. Hoy un Presidente en Bolivia que nada hace por su población encarcelada. La realidad de San Antonio y San Sebastián en Cochabamba
Rastro de necesidad perentoria. Cuando la riqueza está colgada en oro al cuello de unos cuantos y la población sin esperanza.
Bolivia. LUCES Y SOMBRAS.
Carmen Amigó y Pérez-Mongay