(Del Libro. ESPAÑA. Cada Mochuelo a su “cazo”)

África sufre la sangría de todas las hambrunas. Guerras, Malos Gobernantes. Y una gran tasa de moradores que huyen y mueren en el intento por encontrar un país donde instalarse.

España que diera su salto en calidad arrastra un parecido en cuanto a los Gobiernos que tomaron solo asiento. Permisivos en todo ramal y de continuo en barbecho.

Una nueva generación de “Niní”. Ni estudian ni trabajan han crecido como champiñón en bodega al arrimo de los principales partidos. Los de izquierdas con la visión de que todo el monte es orégano y hay que ampliar libertades. Que para trabajar están los ministerios. A los que apuntarse es cosa fácil. Solo necesario… El dedo.

Los de derechas bizcos; miran para otro lado pues sus retoños (como los del resto de políticos) gozan de “parné” y Erasmus.

Y entre los principales nacionalistas e independentistas sus adoctrinados tienen bien definida estrategia: Rompo que otro paga.

Un panorama que huele a quiebra.

Un despojar continuo en la sociedad española.

-Una Universidad donde campa a doble carrillo la no docencia.
-Una bolsa de trabajo que ni zurcida con hilo de pescar arregla sus boquetes.
-Un… Dos más dos. Que no suman ni con calculadora pues los euros esperan cual maná les caigan por millones.
-Un botellón que no amansa sino que hace menos persona a quienes de ello se sirven.

África tiene. Arrastra la sencilla creación y la sonrisa de quien inventa y crea.

Un billar de barro.

Tierra cocida al sol. Como lo hace el alfarero. Es lo que atrae mi atención y en relámpago surge…

El recuerdo que aviva el trozo de madera salvado de la estufa (para lo que estaba determinado). Pasando de inmediato a ser elefante tallado por Pipo para su sobrino.

El siglo XX en sus finales dio el giro de la abundancia ficticia  menos para el terrícola entrenado en política y sucedáneos.

Grandes almacenes. Pisos de millón y largo pico. Ciencias que volaron en supersónico trayendo tabletas y caudal electrónico. Coches. Deudas… ¡Vicio! Robos. Latrocinio.

Tras lo torcido; el XXI. ¿Quién endereza lo que el ser humano viene de existencia dilapidando?

La sonrisa; que decía el Señor Juan (el payaso de cara blanca). Mirando al ayer de TONI su compañero que entre trápalas y enredos hacia al público transmutar en carcajada ¡Quedó tan lejos!

Sus nietos han olvidado incluso que tuvo su tiempo bajo la carpa de un teatrillo para que los más desfavorecidos tuvieran alegría en tarde de domingo.

Tarde tras tarde. Día y noche si se lo proponen…

Enredan sus dedos en largos e interminables mensajes que hacen rica en millones a las multinacionales de la telefonía pasando así sus horas de Ni…Ni…

Entre tanto…

Ciudadanos de algunos pueblos de África sufren del olvido. Maldad y soberbia de quienes los explotan.

“Para entrar en el reino de la felicidad hay que hacerse niño”.

¿Cuántos de estos Niños llegarán a edad adulta?

Carmen Amigó y Pérez-Mongay