ADIOS A LA CAIXA

Apreciada,
Después de una unión de mas de 50 años te digo adíos. Todavía recuerdo cuando uno de tus empleados sonriente y ceremonioso acudía regularmente a mi colegio para recoger las pocas monedas de centimo que conseguiamos ahorrar anotando a mano el importe en mi vieja la libreta de ahorro. Nada que ver con la realidad.
En un momento en el que el arrepentimiento,la ayuda y las buenas formas debieran presidir tus actos, causa sonrojo comprobar que no deseas cambiar tus comportamientos y quieres seguir penalizando mi amistad.
Me castigas por seguir disponiendo de varias cuentas corrientes con un pago de 27 € por cada una de ellas – según me comentas en concepto de mantenimiento – ya que mi presencia en tus oficinas genera gastos que debes compensar, eso si, olvidando que han venido siendo varias las nominas que religiosamente te he venido ingresando durante los ultimos cuarenta años.
Me castigas por disponer de varias tarjetas de credito con un pago de 23 € caso de que quiera seguir disponiendo de ellas y todo ello a pesar de cargarme unos intereses que bordean la usura.
Y lo que es mas grave, me ignoras y me humillas desde tu interesada catalanidad cuando permites que gestores como el que me atendió el otro día, ademas de no entender nada me tratara como a un desconocido – cuando le solicite la retrocesión total de estas comisiones – olvidando que lo que ahora toca es humildad ,colaboración y ayuda para superar la crisis.