Es reprochable la gestión política llevada a cabo por Rajoy y Mas en el asunto de Cataluña.

El uno encallado en la ley, olvidando que ésta está para servir y conducir la democracia del pueblo, y el otro, oportunista, aprovecha la rabia de la gente, generada por la crisis para inyectar su independentismo a cualquier precio.

¡Muy mal! Los dos han olvidado que están a nuestro servicio, y por tanto, obligados a oír nuestra voz, sobre todo cuando ésta es alta y masiva. Yo soy española, de Madrid, adoro Cataluña y les considero parte de mi país. No quisiera que se fueran, pero también creo que tienen derecho a expresar su sentir y a ser oídos.

Ante el fracaso de los políticos por solucionar esta cuestión, me aventuro a proponer una nueva vía nueva de diálogo que atañe tan solo a los ciudadanos:

«Convocar un referendum nacional que nos pregunte a todos, si creemos que se ha de celebrar o no el referendum catalán».

Usar la ley para sellar la voz del pueblo es un acto tan antidemocrático como dictatorial.