La aclamada competitividad de las empresas españolas la están sufriendo los trabajadores a cuenta de sus paupérrimos salarios, incomparablemente más bajos que los salarios de los trabajadores de la mejor gobernada Europa del norte, ésta siempre puesta como ejemplo por nuestros apreciados políticos para equipararse sus sueldos.

Hace unos días el presidente de TUBACEX, Alvaro Videgain, declaraba que en Cantabria los coste laborales son un 15% mas bajos que en Euskadi, pues por esta simple comparativa podríamos afirmar que los costes salariales de un español son como mínimo un 35% mas bajo que un homólogo suyo del norte de Europa ¿Por qué no trasladan los norte europeos sus empresas aquí a Euskadi, Cataluña, Castilla, a cualquiera de las provincias de la gran España plural?

¿Más competitividad  a cuenta de más recortes salariales?

Los sindicatos UGT, CCOO, ELA, LAB, etc. callados esbirros, no exigen a los gobernantes de dónde se debería realmente recortar para que nuestras empresas sean más competitivas. Me entristece ver el poco espíritu crítico del pueblo y lo fácilmente moldeable que es. Todos los que yo he nombrado arriba y algunas instituciones más, saben qué hacer para ser competitivos.

Para quien no lo sepa les doy unas pautas:

1º.- El coste excesivo por cargas impositivas y tasas que soportan los trabajadores y las PYMES en España.

2º.- Los costes en sanidad para nuestros trabajadores son muy altos, quizás con una mejor gestión  y ahorro estos costes se reducirían.

3º.- La energía para las empresas españolas y particulares tienen unos costes superiores a las empresas europeas, en este país hay que subvencionar las pérdidas y mala gestión de los gobiernos con atracos como el llamado déficit tarifario, así como otros impuestos añadidos.

Podríamos seguir enumerando lastres y cargas que soportan nuestras PYMES y autónomos. Déjennos ya ilustres mandatarios, presidentes de multinacionales y aplicados sindicalistas de medrar y embaucar al humilde trabajador y a las clases medias, apliquen los recortes donde se deban aplicar para ser competitivo y funcionen de verdad para que el país trabaje.

Alvaro Villa Rey

Son como hormiguitas, van de contenedor en contenedor, todo les sirve, van tirando de sus carritos de bebés totalmente desvencijados. Son invisibles para el resto de ciudadanos que pateamos diariamente las ciudades. La mayoría eran de etnia gitana del Este de Europa, ahora con la crisis los hay africanos, latinoamericanos y hasta españoles.

Estoy en una cafetería de Bilbao, desde su amplio escaparate veo a un joven que mira en el interior de los contenedores, llama mi atención porque va vestido con un traje gris claro, un joven como se dice con muy buena percha, muy elegante. Por su aspecto es impensable verle escarbar en los contenedores, le sigo con la mirada, lo que ha rescatado del contenedor de desechos; lo deposita en su carrito de niños desvencijado cargado de chatarra, miro como se aleja elegantemente empujándolo.

El camarero me dice que es español, son los bares de la zona los que a las mañanas se encargan de darle el desayuno. Hay una vecina que le baja todos los días la comida. Por las mañanas a la vez que desayuna lee la prensa, cuando ha terminado al salir del establecimiento siempre pregunta ¿Qué les debo? Nunca le cobran nada, da las gracias muy educadamente y cortés. Se va a realizar su labor rutinaria.  

La elegancia no es cuestión económica, sino más bien una actitud.

Alvaro Villa Rey

David Fernández, ha pasado a ocupar titulares en la prensa como el diputado de la sandalia. Escucho a los politólogos en los medios audiovisuales y a los columnistas de la prensa escrita, llamarle, lo más suave que he escuchado es troglodita y hombre de las cavernas. Señores politólogos se tolera que ustedes defiendan a los amos que les dan de comer, también les digo que debería de haber en los parlamentos, ya sean nacional, autonómico, provincial, incluso municipales, mas trogloditas con sandalias, zapatillas y hasta con botas, para que vuestros amos los políticos de cualquier color que cobran mucho mas de 500 € por día, deben de aguantar y escuchar a los hombres de las cavernas que cobran 39 € por día, para exigirles cara a cara a vuestros amos responsabilidades por los latrocinios cometidos por sus grupos políticos con total impunidad. Hay que respetar a todos los trogloditas, hombres de las cavernas o David Fernández.

Alvaro Villa Rey