Señor Cardenal
Celestino Aós
Presente

De mi consideración.

He meditado largamente si escribirle tiene algún sentido. Estoy
horrorizado de que mi Iglesia hoy no existan denuncias, enseñanzas, llamados para traer la esperanza de la palabra de Cristo a los cristianos.

La Iglesia, mi Iglesia que Ud. como Cardenal lidera, está en silencio,
cuando Chile se destruye como sociedad. Cuando las instituciones son
acuchilladas por la violencia, el odio y la corrupción.
Ayer, el Evangelio nos hablaba del Pastor. ¿Qué tipo de pastor es Ud.
señor Cardenal?

Es lamentable como la Iglesia desaparece, sin influencia, sin
testimonios, ni propuestas para una vida nacional con más amor. Las Iglesias estaban vacías antes del coronavirus, porque la
jerarquía no ha dado testimonio del Evangelio. De la Palabra.

Es probable que Ud. nunca lea esta carta, que le envié directamente, porque al llamar al Arzobispado, no pueden dar su dirección y probablemente si pedimos hablar con Ud. pasarían años antes de que pueda recibirnos.

La Iglesia se merece pastores con olor a oveja, como dijo el Santo
Padre, y muchos Obispos no se rebajan a juntarse con su rebaño.

Atentamente.
Alfredo Vicuña Correa
Melipilla Chile