Austeridad: El fracaso de la solución
Publicado por galdo-fonte, Posteado enOpinión
Con Alemania desempeñando la función de gendarme político de la austeridad y el neoliberalismo interpretando el papel protagonista, no solo será el euro el que esté en peligro sino también el futuro de la propia Unión Europea
Digamos que sirve para validar en el contexto de la Unión el gran negocio de especulación financiera que tiene instaurado la Káiser Merkel en mayor o menor detrimento del resto de los países miembro, pero la austeridad por sí sola, no es para nada la fórmula adecuada para salir de la crisis, y eso resulta así de evidente ya que la propia realidad de su aplicación difiere en lo sustancial de la teoría de sus postulados, por mas que la canciller en su cerrazón rechace el hecho cierto de su disfuncionalidad y siga manteniendo la imposición de su vigencia al igual que su negativa a aceptar un cambio de solución, y todo con el único afán, de hacer perseverar su supremacía e imponer de ese modo que el resto de sus socios europeos hayan de renunciar a su idiosincrasia y se vean forzados a asumir como propias las pautas impuestas desde el país teutón.
La narrativa de Europa se ha de escribir de otra manera, por cuanto, después de una década de utilización continuada del recetario de sello alemán, la mejoría resultante de la austeridad en modo alguno se ha dejado notar, mas bien al contrario, de seguir atrincherados en sus políticas y no reconducir la situación, los países de la Unión en su conjunto corren el riesgo de sumirse en una crisis existencial; por resultar un anacronismo tratar con disciplina prusiana el control del déficit y la deuda, al tiempo de relegar a un segundo plano la aplicación de las necesarias medidas de crecimiento y generación de empleo.
Desajuste, con el que difícilmente se podrán reducir los desequilibrios que se dicen combatir, siendo por eso que contra todo pronóstico oficialista, la austeridad, como receta de reactivación no funcionará mientras el sistema financiero no actúe en clave de crecimiento, y toda decisión opuesta, por equivocada, no hará mas que agravar la situación hasta el extremo de conducirnos a una nueva contracción.
Pero eso en Berlín no preocupa lo mas mínimo, pues como queda dicho, las políticas de austeridad que el gobierno alemán presidido por la canciller Angela Merkel está imponiendo a los países periféricos de la Eurozona reporta pingües beneficios tanto a la banca como al propio Estado alemán, y eso por el pernicioso efecto repercutido en la crisis de los países subordinados, que afectados por las medidas de austeridad ven acentuado su índice de desconfianza ante los mercados; un efecto desestabilizador que además de disparar los intereses de sus respectivas deudas, contribuye a que el bono alemán se convierta en un depósito seguro, y que en razón a ello, el flujo de capitales hacia su sistema financiero sea preferente, con el agravante añadido que tal dominio se ha establecido a costa de perjudicar a una gran mayoría de los países miembro.
Dinámica de confrontación que no solo causa los desequilibrios económicos antedichos, sino que tras las políticas de austeridad por su trasfondo de insolidaridad, se vislumbra la destrucción a pasos agigantados del muy debilitado marco de cohesión, acentuando con ello el efecto de su principal repercusión, que no resulta ser otro que el cuestionamiento de la viabilidad de la Unión Europea como tal, pues la idea de la unidad necesita algo más que retórica y buenas intenciones de permanecer juntos, por cuanto su consecución no será factible si no se aplica la receta debida con que poner punto final a las controvertidas desigualdades existentes, por depender de ello la supervivencia o el fracaso de Europa.
Encasillar indebidamente a las gentes del sur, tratándolos como unos derrochadores que se excedieron en nivel viviendo por encima de sus posibilidades:
Por eso, contrariamente a la recurrente tesis germánica, se ha de insistir diciendo que el verdadero origen de la actual situación económica en el marco de la Unión, tiene su motivación en el rescate masivo del sector financiero, y no como indebidamente se intenta hacer creer, al afirmar, que obedece a un gasto excesivo por parte del sector público en los países del sur de Europa.
Toda una interpretación sesgada de la crisis, realizada a propio intento con la mala intención de encasillar indebidamente a las gentes del sur, tratándolos como unos derrochadores que se excedieron en nivel viviendo por encima de sus posibilidades, y que en razón a ello, ahora están obligados a redimir sus demasías plegándose a la penitencia de la austeridad.
En razón a ello, cumple finalizar confirmando que después de su largo período de aplicación, y a la vista de los nefastos resultados cosechados, no queda otra que sentenciar que la austeridad ha fracasado estrepitosamente, por mas que la canciller Merkel y demás lideres defensores de su aplicación continúen negando esa realidad sobre una teoría que está desacreditadadesde mucho tiempo atrás, y cuyo desastre resulta total y absoluto como pone de manifiesto el generalizado estancamiento de la inmensa mayoría de las economías de la Unión Europea y muy especialmente la continuidad del desempleo como principal víctima del naufragio.
Siendo obligado erradicar su continuidad, que irremediablemente pasa por mudar en las urnas la representación política otorgando una apuesta por el cambio, que debe recaer en hombres y mujeres de refresco, que alternativamente, opten por la senda de un crecimiento inclusivo que favorezca la reactivación económica y el rescate de la sociedad en su conjunto .
Y todo, al margen que el Rajoy de turno venga a falsificar la realidad contándonos la fantasía de la versión contraria