Aburrimiento
Publicado por raulherencia, Posteado enOpinión
Esto de la crisis ya cansa. Cansa a los parados, jubilados, funcionarios, trabajadores precarios, jóvenes… a todos cansa porque esto nunca cambia a mejor. Y cansa porque de tanto repetir lo mismo acabas aburriéndote. Mi madre prefiere cambiar de canal cuando hablan de la crisis, “porque los concursos son más alegres” dice con razón.
Un problema que encuentro cuando me aburro con esto de la crisis es la ambigüedad. Dicen de los mercados, de la banca, que viene el lobby financiero…pero ¿quiénes son los malos? ¿No sería esto más entretenido si damos nombres, personas concretas?
Propongo hacer una lista que recoja nombres de, según entiendo modestamente, presuntos delincuentes económicos. ¿No es delito actuar a sabiendas con el objetivo de lucrarse a costa del sufrimiento de los demás? Pues eso es exactamente lo que se ha hecho y se hace en la actualidad.
Voy a ser concreto, y desde aquí propongo que se aumente la lista.
Mi primero en la lista del oprobio es Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo de 2003 a 2011. Una de sus actuaciones es la que sigue:
El BCE presta dinero a los bancos (ya van 1.018.000 millones de euros, ¿cuánto dinero es eso?) a unos intereses bajísimos (1%). Pensarán, ¿es para facilitar el crédito a personas necesitadas y pequeñas empresas? NO. Con este dineral, los bancos, sobre todo los españoles Bankia, BBVA y Banca Cívica, compran deuda pública a los estados miembros a unos intereses elevadísimos (6 %), forrándose de forma segura. Para colmo, esta deuda está avalada por el propio BCE, que pagaría a estos bancos, intereses incluidos, si algún país no lo hiciera.
Cualquier persona mínimamente conocedora de asuntos financieros se podría preguntar “¿por qué el BCE no presta dinero directamente a los estados, en lugar de hacerlo a través de los bancos?”. Porque el BCE está regalando literalmente nuestro dinero a la banca. Es un auténtico chollo, conseguir dinero gratis a costa de nuestros impuestos y del sufrimiento de millones de personas. Absolutamente escandaloso.
Venga, vamos a quitarnos el aburrimiento… ¿a quién propones para aumentar la lista?
Raúl Herencia,
marzo 2011.
Me gusta la idea que subyace en el artículo, aunque me parece algo injusto que niegue la posibilidad de defensa a Trichet. Aunque, bien mirado, seguro que podríamos exponer aquí los argumentos de defensa que esgrimiría este señor si se le diera la oportunidad: yo no me he embolsado nada que no haya ganado con mi trabajo…, no sé por qué me acusáis a mí cuando hay otros que han malversado muchísimo dinero y que están en el verdadero origen de la crisis…
Aceptando la invitación que realiza el autor, me aventuro a decir que yo, por ejemplo, tengo un amigo que decidió dejar voluntariamente su trabajo y pactó con la empresa un despido para poder cobrar el paro. Me consta, además, que ha tenido diversas ofertas de trabajo que ha rechazado porque no le convencen -cuestión completamente lícita- mientras sigue cobrando del erario público. Si hiciéramos una cuenta tan simple como aproximada en la que supusiéramos que este amigo mío cobra mil euros de paro y deja de ingresar otros quinientos en concepto de impuestos, tendríamos mil quinientos euros mensuales de déficit por cada ciudadano que realice este tipo de prácticas. Si suponemos que, por ejemplo, un 10% de nuestros parados hacen prácticas similares, estaríamos hablando de unas quinientas mil personas defraudando mil quinientos euros mensuales cada una. En resumen, hablaríamos de 750 millones de euros mensuales, y llevamos cuatro años de crisis, así que ya levaríamos 36.000 millones de euros: 36.000 millones de euros equivalen aproximadamente a un tercio de Trichet. Las últimas estimaciones de economía sumergida cifran lo perdido en torno a 30.000 millones de euros anuales: un Trichet completo. Si preguntamos a mi amigo seguramente exponga razones muy parecidas a las que le supusimos a Trichet -pruébenlo- y, aunque es verdad que algunos de estos desfalcos responden a absolutas necesidades, en muchas otras ocasiones -todos lo hemos visto- lo defraudado no se cambia por pan y un poco de arroz.
Yo no daré el nombre de mi amigo aquí, sobre todo porque creo menos en el escarnio público que en el comentario sosegado con personas de nuestro entorno. Eso sí, insto a los lectores a que, además de acusar a lejanos e inalcanzables Trichets, tengan charlas sosegadas con los que no ayudan de nuestro entorno; y no nos sorprendamos al comprobar que, en muchas ocasiones, estas charlas habrán de ser hacia dentro.
Por último, no desdeñen la potencia de estos actos: creo firmemente que la podredumbre de las altas esferas surge y se sustenta en la podredumbre de las bases.