Cartas al Director

Como broche final a su jornada de conmemoración de un cuarto de siglo de la caída del muro de Berlín que dividió la ciudad en dos durante 28 años. Comenzó a las 18. h. en un impresionante escenario en la Puerta de Brandeburgo. Berlín soltó hoy 7.000 globos de helio al cielo. Los globos, se habían distribuido siguiendo el antiguo trazado del muro por la ciudad, unos quince kilómetros y fueron uno a uno elevándose al cielo de Berlín, mientras la Staatskapelle interpretaba, con gran belleza y emotividad, la Novena Sinfonía de Beethoven, bajo la brillante dirección del gran director argentino-israelí Daniel Barenboim. La ciudad ha vivido con gran alegría la fiesta durante toda la jornada. Ha saboreado gratamente el recuerdo de tan singular acontecimiento.

La canciller alemana, Angela Merkel, calificó la caída del muro de Berlín de un gran «Mensaje de confianza» para los diferentes focos de crisis en el mundo; al tiempo que apeló a «Una Europa unida y edificada sobre valores comunes y fuertemente anclados». Según indico la canciller en su discurso, el primero del día: «Este acto conmemorativo transmite también la gran suerte y el gran regalo que constituye el poder vivir unidos y de forma pacífica en nuestro continente, con una estructura económica y social a la que van ligadas libertad y responsabilidad». «Podemos cambiar las cosas a mejor, ese es el mensaje de la caída del muro», dijo la Jefa de Gobierno durante la inauguración de una exposición permanente sobre la vida diaria detrás del muro que durante 28 años dividió la ciudad.
Desde Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha destacado que la caída del Muro de Berlín sirvió como catalizador para la unidad de Alemania y, en consecuencia, también para la unidad de Europa. «En este día trascendental, hace 25 años, un muro fue derribado y el mundo cambió para siempre. La caída del Muro de Berlín hizo posibles nuevos puentes entre las personas” dijo Juncker, que ha destacado también la necesidad primordial y urgente de «Reparar las grietas de estos puentes» provocadas en gran mayoría por «La peor crisis financiera y económica desde la Segunda Guerra Mundial».

«Europa debe de nuevo volver a convertir su corazón. Pues fue con corazón, pasión y coraje con lo que la gente derribó lo que les dividía; y lo hizo buscando: la paz, la libertad, la unidad, la democracia y la prosperidad», ha destacado Juncker que ha afirmado con decisión y con fuerza que «dos décadas después no debemos olvidar que la paz no es algo que se dé por hecho».

Una apreciación esta interesantísima, que nos puede y nos debe servir a todos los españoles para cambiar o modificar el rumbo de nuestra política y de nuestra sociedad, para de esta manera evitar que llegue la triste y terrible debacle, en un futuro más o menos próximo, de un muro totalitario que acabe: con nuestras libertades, con nuestra paz, con nuestra débil economía y con nuestra zarandeada y maltratada democracia.
El ex líder soviético Mijail Gorbachov y el ex presidente y sindicalista polaco Lech Walesa recibieron hoy una sonora y más que merecida ovación en Berlín durante los actos por los 25 años de la caída del Muro (1961-1989).

Los dos trascendentes, grandes e históricos líderes, de feliz memoria, que fueron claves en el proceso que culminó con la apertura del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, fueron también recibidos con un estruendoso aplauso en la sala Konzerthaus de la capital alemana, donde acudieron a un concierto conmemorativo.
Gorbachov es considerado en Alemania y en gran parte del mundo uno de los responsables por excelencia de la reunificación del país y ello gracias a sus valientes, convincentes y decididas políticas de apertura y transparencia en la Unión Soviética.
«Presidente Gorbachov, usted cambió para siempre el mundo y la dinámica de las relaciones internacionales», dijo el actor Adrian Brody en el discurso ante 300 invitados. «El mundo nunca olvidará lo que hizo». El premio Nobel de la Paz aprovechó su discurso al recibir el galardón para subrayar la importancia de la reunificación alemana en 1990 para las relaciones entre occidente y oriente: «Fue un hito en el proceso hacia el fin de la Guerra Fría. Abrió nuevas perspectivas para el mundo y en particular para Europa», sostuvo el último líder soviético, de 83 años.

Hace unos días, Gorbachov acusó a occidente de violar el espíritu de 1989 por la escalada de tensión con Rusia en Ucrania y advirtió que la situación deja al mundo: «Al borde de otra Guerra Fría».

Por otro lado el Papa Francisco recordó, tras el rezo del Ángelus dominical: «El 9 de noviembre de 1989 caía el muro de Berlín, que por tanto tiempo dividió en dos la ciudad y que fue el símbolo de la división ideológica de Europa y del mundo»

Bergoglio siguió abogando por una «cultura del encuentro» capaz a su juicio de «hacer caer todos los muros que aún dividen el mundo» y que impiden que: «Personas inocentes sean perseguidas e incluso asesinadas a causa de su fe». «Donde hay muros, hay corazones cerrados. Hacen falta puentes, no muros», sentenció desde la ventana del apartamento pontificio.

Asimismo recordó gratamente: « El papel: protagonista, eficaz, trascendente e importantísimo que tuvo el santo pontífice Juan Pablo II en los acontecimientos que derivaron en dicho hecho histórico ».

A 25 años de la caída del Muro, 25 años del: “Derrumbe del miedo” testigos del momento recuerdan que el fin del muro de Berlín era impensable, increíble; al igual que la veloz reunificación de Alemania. Parecía imposible. Todo pareció un milagro, y quizás lo fue dada la valía personal y espiritual de sus 3 grandes ejecutores: Gorbachov, Walesa y Juan Pablo II.

Algunos relatan aquel acontecimiento de hace 25 años: “Estaba ya oscuro cuando una multitud de berlineses del Este se plantó ante la ominosa fortificación que dividía la ciudad desde hacía 28 años. La guardia de frontera de la RDA, abrumada, abrió las cancelas. Y esa noche, la puerta de Brandemburgo fue una fiesta en la que berlineses de ambos lados se abrazaban entre lágrimas”. Había llegado la libertad, la tan anhelada libertad y con ella el valioso renacer de nuevos y apasionados acontecimientos: humanos, familiares, culturales, económicos y sociales

Y para terminar, este importante dato: «En realidad, ya antes de caer el Muro, la RDA no podía sobrevivir; la población se les escapaba, su economía no podía soportarlo», señaló Joëlle Timsit, embajadora de Francia en la RDA entre 1986 y 1990.

El corrupto régimen comunista de Erich Honecker estaba en decadencia, y la Unión Soviética se mostraba ya incapaz de reprimir y controlar a sus países-satélite. Su propio presidente, Mijaíl Gorbachov, predicaba perestroika. La Union Sovietica se desmoronaba y Gorbachov su presidente era consiente, él solo prefirió pacíficamente adelantar los acontecimientos.

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