Leo con gozo que han bajado los suicidios en Córdoba.

Por fin se habla de ello.

Me refiero a los suicidios de cordobeses como consecuencia de la depresión padecida al no ver futuro alguno en sus vidas ni en las de sus descendientes.

Futuro que les robaron los que arruinaron Córdoba entera para varias generaciones, al saquear el anterior monopolio cordobés de la cajasur eclesiástica.

Los culpables tienen nombres y apellidos y viven nunca mejor dicho, como dioses.

¡La verdad no mancha los labios de quien la dice, sino las conciencias de quienes la ocultan!

Rafael Bueno.

Córdoba.

El singular Obispo Demetrio, jefe de los mercaderes del Templo cordobés, ahora se dedica a dar clases de sexología.

¡Casi nada!

Pobre clérigo, que ante la incapacidad de convencer, vive de escandalizar.

Ya nadie le hace ni pajolero caso, pero yo sí, porque me da pena y sobre todo, porque me siento insultado por su continuada osadía.

Obispo Demetrio: antes de dar clases de sexología a los demás, cosa de la que usted “no debe” saber nada, limpie usted primero su propia casa, como es su obligación.

Cuando usted ponga orden entre los MARICONES, pederastas, amancebados, con hijos, etc. que tiene usted a su alrededor; faltando todos a su voto de castidad; después si quiere, hablamos.

Pero antes, no tiene usted fuerza moral alguna para decirle nada a nadie.

Y si salimos de Córdoba, recomiendo a todos la lectura del libro SODOMA de FREDERIC MARTEL.

– «¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: «Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo», tú que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano» (Lucas 6, 41-42) –

Rafael Bueno.

Córdoba.