Rocío trabaja en una cafetería cordobesa y se esfuerza en atender a Antonio, un cliente especial.

Antonio, agradecido y emocionado, llega un día con una manzana en la mano y le dice: “Rocío, yo no tengo para comprarte un anillo, pero te ofrezco una manzana, que fue el principio de todo”.

!Genial!  

Según el Génesis, fue Eva la que ofreció a Adán la manzana prohibida y aquello fue efectivamente, el principio del infierno terrenal, que padecemos.

Pues bien, ahora es Adán (Antonio) el que ofrece la manzana a Eva (Rocío), como un recorrido de vuelta para deshacer la condena anterior y recuperar el perdido paraíso terrenal.

¡Grande!

Pero como esto no es cuento, el paraíso no se hizo presente, Rocío compartió la manzana con su marido, y Antonio sigue en su mundo, pensando cómo cambiar éste.

Pues nada, espero que un día lo consiga, por el bien de todos.

Rafael Bueno.

Córdoba.

Los traidores son la especie que con diferencia, merecen el mayor de los desprecios.

El que organiza un golpe de Estado para después dar marcha atrás y dejar tirados a los suyos, los que acceden al poder por la izquierda y después hacen buenos a los otros, los sepulcros blanqueados, etc., etc.

Y ahí se encuentra el Obispo Demetrio de Córdoba que con Benedicto XVI ejerció de Sumo Sacerdote megalómano, pro tridentino, de extrema derecha, defensor de Conventos “Arios” y de Curas-banqueros, etc., etc.

Pero claro, como ahora el Papa Francisco va de otra cuerda muy diferente, pues él se ha dado prisa en cambiarse la Sotana y deshacerse inmediatamente de todo y de todos los que antes defendió.

Qué cantidad de “principios” tienen algunos ¿verdad?

Cuando Judas vendió a Jesús, Éste pudo haberle dicho perfectamente: Judas, eres más falso que Demetrio.

Lo peor es que hay más Demetrios, que botellines de cerveza.

Muchos más.

¡Señor, Señor!

Rafael Bueno.

Córdoba.