La Iglesia está fabricando Santos a mansalva, porque junto con el de la pobreza, constituyen dos de sus mejores negocios.

Ahora le toca el turno a Juan Pablo I, asesinado precisamente por esa misma Iglesia.

¡Qué arte!

Aunque el autor material del crimen fue el Arzobispo Marcinkus, yo culpo y acuso a la Iglesia, por proteger y amparar al asesino hasta sus últimos días, para que no pudiera ser investigado.

“Evangelio de San Mateo, capítulo 6, versículo 3: No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha”

Pues eso, la Iglesia con una mano asesinó a Juan Pablo I, y con la otra lo hace Santo.

He aquí el verdadero rostro de la Iglesia, por si alguien todavía no lo había visto.

Claro que no hay peor ciego, que el que no quiere ver.

Rafael Bueno.

Córdoba.

Este abogado ha conseguido que un Banco, concretamente el BBVA, sea condenado y embargado.

¡Ahí queda eso!

Busque, compare, y se encuentra algo mejor….

Abogado de las causas justas, nunca mejor dicho, porque ha dedicado su vida y su profesión, a la defensa de los más débiles.

Abogados así representan la esperanza del pueblo para no perder la necesaria e imprescindible confianza en la justicia.

Y como todos los grandes, es además una persona sencilla y humilde, ya que al ser, no necesita aparentar.

Los “otros” que van por ahí aparentando lo que no son y fastidiando a los ciudadanos con la complicidad del corporativismo del colegio, son los culpables de que la justicia tenga la mala fama que tiene.

Felicidades, Señor Delgado; y muchas gracias por su encomiable labor.

Rafael Bueno.

Córdoba.