Los seguidores de la Iglesia no quieren enterarse que su libertad acaba donde comienza la libertad del que tiene a su lado, y viceversa.

Y que por consiguiente ellos no deben imponerles a nadie sus creencias, como nadie debe imponerles a ellos lo contrario.

Cada uno en su casa y Dios en la suya.

¿Qué hacen los católicos a las puertas de las clínicas abortivas coaccionando, intimidando, insultando y agrediendo a las personas que van allí?

¿Cómo les sentaría a los católicos que la gente se agolpara a las puertas de las Iglesias, para hacerles algo parecido?

Para exigir respeto, hay que comenzar respetando.

Y lo más importante: Cómo pueden unos seguidores de la Iglesia ponerse a defender la vida, con el historial criminal que tiene dicha institución.

Por no hablar del crimen de la pederastia.

Hay que informarse un poquito.

Hombre, por favor; o mejor dicho, por Dios.

Rafael Bueno.

Córdoba.

Pues en La Palma no se producido el milagro y la Iglesia ha sido derribada por el volcán.

Iglesia que pagó el pueblo, como la próxima que se construya; porque la misión de la Iglesia es cobrar sin pagar, y pedir sin dar.

En tiempos no muy lejanos y ante los desastres de la naturaleza, la Iglesia siempre decía que eran un castigo de Dios, para así incrementar el miedo que sustenta su negocio.

Eso para los pobres, sobre los que siempre ha pesado el Dios castigador y vengativo.

Porque para los poderosos, la Iglesia tiene el Dios misericordioso y bondadoso que lo perdona todo, con arrepentimiento o sin él.

Por eso acoge en su seno a un variopinto abanico de grandes genocidas.

Bueno, y si le dejas tus bienes en herencia, entonces te conceden un palco VIP en el cielo y te despiden con todos los honores habidos y por haber.

Pero el progreso llega, la gente se culturiza y la ciencia que es evidencia y por consiguiente el peor enemigo de las creencias; pone las cosas en su sitio.

¡Más de lo mismo!

Raael Bueno.

Córdoba.