Si un cuerpo pierde la capacidad de sentir y de hablar, se convierte en una masa amorfa, guiada y manipulada por mecánica robótica.

Pienso en el cuerpo de profesores, de educadores.

Eligieron su profesión libremente, por ilusión o por opción de vida.

En sus manos está el proyecto de una educación RICA, OBJETIVA y pletórica de pujante vitalidad.

El futuro de las nuevas generaciones se encuentra en entredicho:

Un camino guiado en libertad o un camino oficializado con «camisas de fuerza».

¿Soportarán en silencio pasar las orcas caudinas?

¿Agacharan la cerviz, a costa de la honradez profesional?

“Castillos en el Aire”, un sueño, un proyecto, una ilusión que todos vosotros, MAESTROS, tenéis la obligación de construir.

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