Siempre he dicho que la envidia es buena si se tiene envidia de las personas cultas, de los profesionales buenos e íntegros, de los políticos inteligentes, preparados y honrados, en definitiva, de todo aquello que despierte “sensación de ilusión en uno mismo”

Ahora, con mucho tiempo para pensar y recordar, tengo esa “sensación de ilusión” cuando veo el historial de profesionalidad y honradez de muchos de mis antiguos alumnos, algunos, por cierto, ya jubilados.

Aquellos alumnos, hoy amigos cercanos, constructores de un país hoy casi roto, hace que me pregunte si la famosa “Ley del Péndulo” gravita sobre nuestras cabezas:

“Violencia moral irrespirable… Convivencia degradada y defenestrada… Sembradores de odio y de rencor… Creadores de historias falsas por no ser objetivas…”

Todo eso, por si estos políticos modernistas anticuados no lo saben, es el otro lado del péndulo que ellos no conocieron.

Quizás exista una sangre cainita… Quizás los genes víricos no desaparecen… Quizás el ansia de venganza es ciega.

Hay libros que deberían estar en todas las aulas:

Primero. – Los que describen las realidades pasadas gravadas en papiros imborrables, con la objetividad del imparcial.

Segundo, – Los que reflexionan, cuestionan y preguntan.

Libros de cabecera de Instituto… de obligada lectura.

¡Qué pena que hoy, siglo XXI, podamos terminar los estudios de primaria y secundaria sin dar importancia a los suspensos, a la falta de lectura y, por tanto, de formación humanística!

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El Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba, ha hecho entrega de algunos reconocimientos a determinadas personas e instituciones, por su lucha contra el coronavirus.

Y entre ellos, ha reconocido al Obispo Demetrio de Córdoba.

¡Casi nada!

Señores del Imibic, un poquito de cordura, por favor.  

En primer lugar, porque el Obispo desde su palacio, no ha movido un solo dedo contra el virus y las que sí lo han hecho hasta entregar sus vidas, han sido las pobres Monjas.

En segundo lugar, porque este Obispo entre sus muchas barbaridades, ha dicho que la fecundación in vitro es un aquelarre químico de laboratorio.

Y en tercer lugar, recordar a todos, que la Iglesia ha sido mortal enemiga de la ciencia, oponiéndose a todo tipo de investigación y quemando en la hoguera, a todo científico que ha podido.

¿Ok?

Rafael Bueno.

Córdoba.